Desde el momento del descubrimiento de una capa de ozono en la Antártida, el agujero es vigilado y analizado en cada primavera austral.
Este año, el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus, dijo que el hueco de la capa de ozono ha crecido considerablemente en la última semana luego de haberse mantenido estable al principio. “Los pronósticos muestran que el agujero de este año se ha convertido en uno bastante más grande de lo habitual”, dijo Vincent-Henri Peuch, director del servicio de vigilancia por satélite de la Unión Europea, “Estamos ante un agujero de ozono bastante grande y potencialmente también profundo”, agregó.
Peuch también contó que el año pasado el agujero también comenzó de forma normal, pero luego se transformó en uno de los más duraderos de los que se tenga registro.
En 1987, dos años luego del descubrimiento del orificio, se firmó el Protocolo de Montreal que prohibió una serie de químicos conocidos como halo carburos, que eran los apuntados por la exacerbación anual del agujero en la capa de ozono.
Según los expertos, recién para la década de 2060 se puede esperar que las sustancias que agotan la capa de ozono sean eliminadas por completo. Y esto depende exclusivamente del compromiso que se tome con la reducción, y la posterior eliminación, de la emisión de gases y sustancias que dañan la atmósfera.
Todos los años el agujero se profundiza y la capa de ozono se vuelve más y más fina. Y las implicancias de esto no son teóricas, afectan a miles de vidas en todo el mundo; y ese número solo va en aumento. De nuevo, estas consecuencias son solo el principio, ya que todo parece indicar que esta situación no hará más que agravarse en los próximos años.