El sacerdote Francesco Spagnesi, de 40 años, hasta hace unos pocos días era párroco de una conocida iglesia en Prato, Italia, la Anunciación de Castellina, pero ahora ha caído en desgracia después de que las autoridades lo arrestaran por tráfico de drogas, entre otros cargos.
Spagnesi llevaba años viviendo una doble vida, organizando orgías sexuales con drogas que financiaba con el dinero de sus feligreses y en las que habría contraído una enfermedad de transmisión sexual.
La insólita historia conmociona Italia desde la semana pasada cuando la Policía arrestó al ahora ex párroco por tráfico e importación internacional de drogas, además de acusarlo por malversación de fondos al haberse embolsado las ofrendas de los fieles y el dinero de la Curia, suma que según las autoridades supera los 200 mil euros.
Su situación no es nada buena, desde que fue arrestado se encuentra recluido en su domicilio, del que no puede salir, y ahora se le suman a los cargos en su contra el de lesiones muy graves, pues según el fiscal que lleva el caso, el sacerdote no habría comunicado a los participantes de sus festines y orgías su condición de ser seropositivo al virus del sida.
Junto con el párroco también se investiga a Alessio Regina, amante y cómplice de Spagnesi.
De acuerdo al magistrado Giuseppe Nicolosi, de la Fiscalía de Prato, Spagnesi y Regina compraban cocaína y GBL, un narcótico conocido como “droga de la violanción” en Países Bajos con dinero sacado de la Curia y las usaban para organizar fiestas sexuales que convocaban usando internet y en las que participaron hasta 200 personas.
De acuerdo con medios italianos, los feligreses recibieron con sorpresa la noticia del arresto de su sacerdote, a quien apreciaban por ser joven y dinámico pero sobre el que dijeron se notaba decaído en los últimos servicios.
“Estaba nervioso, tímido y ausente, no le gustaba organizar bautizos, comuniones, confirmaciones y bodas”, le dijo un fiel al Corriere della Sera.
Por su parte, el obispo de Prato, Giovanni Nerbini, expresó dolor y consternación por lo sucedido. Nerbini afirmó en un comunicado que desde hace tiempo conocía un fuerte estado de sufrimiento físico y psicológico del sacerdote pero nadie podría haber imaginado que tuviera problemas de drogadicción.
El obispo dijo que la diócesis comenzó a notar los movimientos sospechosos en las cuentas parroquiales por lo que decidió retirar el poder de firma del párroco. Esto llevó a la destitución de Spagnesi a principios de mes y a su posterior detención el viernes pasado.
La Fiscalía informó que después del último interrogatorio al ex sacerdote, este dijo que en sus festines participaban regularmente entre 20 y 30 personas. Por lo menos dos de ellas han declarado que son seropositivas.
Spagnesi reconoció que sabía que tenía VIH pero esto no le impidió seguir teniendo relaciones sexuales sin protección con diversas personas, por lo cual ahora se le señala de haber contagiado deliberadamente a los participantes de sus festines y orgías.
Aunque el cura dijo que todas las relaciones habían sido consentidas y usando protección, por lo menos 15 testigos escuchados por la Fiscalía desmintieron esta afirmación.
De acuerdo con las autoridades, estas fiestas habrían estado sucediendo por lo menos desde 2019, cuando comenzaron las importaciones ilegales de droga desde Países Bajos. Dichos festines se celebraban cada siete o diez días.
En un primer momento toda la financiación de este extremo estilo de vida corrió por parte de los fieles y de la parroquia, que según la fiscalía ascendió a más de 200 mil euros.
Apenas en dos meses el sacerdote retiró de la cuenta de la parroquia 40 mil euros e hizo otros pagos a crédito por valor de 75 mil euros.
Después de perder acceso a estas cuentas, el párroco acudió directamente a los feligreses, a quienes solicitaba dinero supuestamente para familias en dificultades.