Cada año, Amazon presenta una serie de nuevos dispositivos, y esta ocasión no fue diferente. La compañía abrió su evento anual con una pizarra inteligente, un dispositivo que une al mundo virtual con el real y un robot llamado “Astro”, pero cuidado, porque las apariencias podrían engañar.
Es al menos lo que revelan unos documentos filtrados en los que se muestra una cara oculta: “Astro”, dicen, está diseñado para seguir el comportamiento de sus usuarios. Quienes han trabajado en su desarrollo afirman que su sistema de reconocimiento es otra amenaza más para nuestra privacidad.
Cuando uno compra un “Astro” y se gasta los 999,99 dólares y lo enciende por primera vez, se le pide que registre su cara y su voz, así como las caras y voces de quienes habitan el hogar en el que funcionará: así “Astro” puede aprender quién se supone que puede estar allí.
Ese documento, que identifica a “Astro” por su nombre en clave, “Vesta”, revela cómo el modo “Centinela” hace que el robot esté alerta por si no reconoce a alguien que está en casa o detecta ruidos extraños.
Sin embargo, desarrolladores que trabajaron en el desarrollo de “Astro” indicaban en ese documento que “Astro es terrible y es casi seguro que se tirará por las escaleras si se le presenta la oportunidad. La detección de personas es poco fiable en el mejor de los casos, lo que hace que la propuesta de seguridad en el hogar sea irrisoria”.
Ese no es el único problema para un robot que según esas fuentes tiene un coste absurdo. El mástil de la cámara periscópica se ha roto en varios dispositivos, afirmaban, y no hay forma de enviar el robot a Amazon cuando eso sucede. Para esos desarrolladores “Astro” es incluso potencialmente peligroso para alguien que dependa de él para funciones de accesibilidad.
Otra de las fuentes destacaba que “Astro es una pesadilla de privacidad que es una denuncia de nuestra sociedad y de cómo sacrificamos la privacidad por la comodidad con dispositivos como Vesta”.