Desde el estreno de la primera película de Scream en 1996, cuando fue un rotundo éxito en taquilla, el villano Ghostface se convirtió en una de las míticas figuras del cine de terror y en uno de esos seres con los que nunca quisiéramos toparnos.
La película fue dirigida por Wes Craven y protagonizada por Neve Campbell, David Arquette, Drew Barrymore, Courteney Cox y varios actores de renombre que iniciaron su carrera en el filme.
El guion fue denominado por los críticos como ácido debido a su humor negro y a las críticas y referencias a otras películas del género, pero sin dejar de lado el terror. El éxito de la cinta repercutió en cuatro secuelas y una serie de tres temporadas.
Y así como la realidad supera la ficción, se dice que el guionista Kevin Williamson se basó en un caso de la vida real para construir el perfil y las acciones del psicópata ‘Ghostface’.
La fuente de su inspiración sería el asesino serial Danny Rolling, también conocido como ‘El destripador de Gainsville’, quien mató a cinco estudiantes de Florida en 1990.
Un hombre que se transformo en mostruo
Danny Harold Rolling nació en mayo de 1954 en Shreveport, Louisiana (Estados Unidos). Comentan que su padre, James Rolling, era veterano de guerra con estrés postraumático. El hombre abusaba física y psicológicamente de su esposa e hijos.
Los abusos de los que fue víctima Rolling dieron lugar a que el joven desarrollara ‘desorden antisocial, un trastorno límite de la personalidad, además de parafilias sexuales y voyerismo‘.
También cuentan que tuvo problemas de adicción con el alcohol y las drogas, intentó suicidarse en una ocasión y lo expulsaron de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 1972 por consumo de estupefacientes.
Intentó llevar una vida ‘normal’ asistiendo a una iglesia y casándose con O’Mather Halko, con quien tuvo una hija.
Después de haberse divorciado, comenzó con su carrera delictiva: desde pequeños hurtos a robos más grandes y violentos que lo llevaron a la cárcel.
También llegó a espiar mujeres en sitios públicos e, incluso, los datos señalan que violó a una señora que ‘se parecía a su exesposa‘, aunque no se le imputaron cargos por esto.
Se dice que se ‘inauguró’ como asesinó en 1989 cuando ingresó a una casa en Shreveport y atacó a la familia que la habitaba: el padre, de 55 años, su hija, de 24, y el nieto, de ocho.
Un asesino llevado a la pantalla grande
Pero los asesinatos no se detuvieron allí. Por el contrario, era solo el principio de más muertes, violencia y miedo.
En agosto de 1990, Christina Powell y Sonja Larson, estudiantes de la Universidad de Florida, alquilaron un apartamento en Williamsburg Apartments, fuera del campus universitario.
En horas de la mañana del 24 de ese mes, las jóvenes, de 17 y 18 años respectivamente, sufrieron una escabrosa muerte a manos del asesino.
Según los informes, encontraron a Powell en el primer piso del apartamento. La habían violado, apuñalado y mutilado.
El cuerpo de Larson, su compañera, fue hallado en el segundo piso con cortes en sus brazos y el torso. Estaba recostada en la cama, con los pies en el suelo y el cabello ‘peinado como un abanico sobre la cama‘.
Momentos después fue encontrada una nueva víctima: violada, apuñalada, mutilada y decapitada. El cadáver estaba sentado, con los pies en el suelo y el torso inclinado hacia adelante. Tenía un corte desde el esternón hasta el hueso púbico.
La mujer fue identificada como Christa Hoyt, aspirante a policía y empleada en la Oficina del Sheriff del condado de Alachua.
Las dos últimas víctimas fueron Tracey Paules y Manuel Taboada. Ambos compartían un apartamento y comenzaban sus estudios, ella en leyes y él en arquitectura.
El citado medio indica que Paules fue encontrada, al igual que víctimas anteriores, con restos de cinta en las muñecas y la boca, signos de violación y jabón en el cuerpo.
Todas las mujeres fueron colocadas en posiciones extrañas. Según las autoridades, el asesino acomodaba a sus víctimas en ‘posiciones sexuales provocativas’.
Captura del asesino
Rápidamente, las autoridades relacionaron los asesinatos en Gainesville con los anteriores cometidos en Shreveport por las circunstancias en las que habían encontrado a las víctimas.
También identificaron el ‘modus operandi’ del criminal. Entraba a los domicilios de las víctimas en la madrugada, colocaba música a todo volúmen, robaba la ropa interior de sus víctimas, partes de sus cuerpos y se duchaba antes de darse a la fuga. El hombre tenía un cuchillo de unos diez o quince centímetros.
Confesiones del asesino
Luego de ser acusado de cinco cargos de asesinato en primer grado, fue condenado por robo. En la prisión estatal de Florida contó detalles de sus crímenes a otro de sus compañeros.
Luego, en un interrogatorio en el que pidió que también asistiera su compañero de prisión, Bobby Lewis, confesó a las autoridadeslos mismos detalles.
Aseguró que regresó a la escena del crímen de Christa Hoyt porque ‘olvidó su billetera‘, y decidió decapitarla.
También comentó que Tracy Paules se había encerrado en una habitación mientras él peleaba y asesinaba a su compañero. Luego, tumbó la puerta, abusó de ella y la mató.
También declaró tener ‘varias personalidades‘, entre estas una buena a la que denominaba ‘Ynnad’, y otra llamada ‘Géminis’ que, según él, perpetró los asesinatos. Las autoridades no le creyeron.
El ‘destripador de Gainsville’ fue ejecutado con inyección letal el 25 de octubre de 2006, luego de haber sido condenado a pena de muerte por sus crímenes.