Chelsea Cooley, una mujer de 31 años de Pensilvania, fue acusada de homicidio criminal por la muerte de su hijo de tres años, que tenía cuatro toallitas húmedas para bebés atoradas en su garganta.
La noche del 28 de mayo, la Policía Estatal de Pensilvania, acudió al llamado de emergencia respecto a un niño que fue atragantándose con toallitas húmedas para bebés.
Un día después, el pequeño falleció en el UPMC Children’s Hospital, aparentemente al no poder recuperarse de sus heridas.
No obstante, la autopsia reveló que el infante sufrió grandes hematomas y que la causa de su muerte fue un homicidio debido a estrangulamiento manual y asfixia, señalaron las autoridades.
Se obtuvo una declaración jurada de queja en la que Chelsea Cooley les dijo a los policías que metió al menor en la cama alrededor de las 7:30 p.m. del sábado 28 de mayo.
La mujer señaló que el niño supuestamente no almorzó ni cenó durante el día. Según su relato, aproximadamente a las 8:30 p.m., se dio cuenta que el menor no respondía y que tenía aparentes toallitas húmedas para bebés atrapadas en su garganta.
Los informas señalan que personal de emergencias retiró cuatro toallitas húmedas para bebés de la garganta de la víctima antes de que fuera transportado al hospital.
La declaración jurada obtenida alega que los productos para bebé se encontraban tan adentro de la garganta del niño que él mismo no pudo haberlos puesto ahí.
Asimismo, señala que se encontraron marcas en la parte superior del pecho y el cuello del pequeño, que parecían haber sido provocadas por la mano de un adulto.
La policía informó que el 31 de mayo, la madre fue acusada de homicidio criminal, poner en peligro el bienestar de los niños, agresión con agravantes, agresión con agravantes de una víctima menor de 6 años, estrangulación, agresión simple y poner en peligro imprudentemente a otra persona.