Que orgullo que un guatemalteco sea tan apasionado con su trabajo y comprometido con sus alumnos. ¡Conoce su historia!
La pandemia del coronavirus vino a demostrar una gran cantidad de cosas. Una de ellas es que la educación en Guatemala es precaria. Los maestros no estaban actualizados con la tecnología, situación que puso en jaque a muchos colegios.
Sin embargo, muchos maestros demostraron que cuando se hace un trabajo con pasión se disfruta. Este es el caso del maestro Lalito Gerardo Ixcoy, oriundo de Santa Cruz, El Quiché.
La actitud de este maestro merece ser compartida, pues lejos de aprovechar para descansaren su casa por el confinamiento obligado por el coronavirus, el maestro se ingenió llevar las clases a domicilio.
Su único objetivo fue que sus alumnos, que no tenían los recursos para tener un celular, una computadora o internet, no perdieran el tiempo y continuaran sus estudios.
El maestro Lalito decidió acomodar una bicicleta y la transformó en un aula móvil, en donde colocaba su material didáctico y desde tempranas horas recorriendo grandes tramos de terracería, llegaba a cada casa de los niños, guardaba su distancia y les continúo impartiendo el saber.
El profesor también carga en su “aula ciclomóvil” gel, mascarilla y su careta, esto para evitar contagiar a alguna persona y contagiarse él.
“Como no había posibilidades de impartir clases de manera presencial, y conozco los problemas socioculturales que tienen mis estudiantes, cuyas familias muchas veces no saben leer ni escribir y carecen de recursos tecnológicos, como computadoras, teléfonos e Internet, me di a la tarea de buscar un triciclo para poder ir a impartir las clases a sus casas tomando las medidas necesarias”, explica Lalito.
Da gusto compartir estas noticias y da gusto que Lalito sea un ejemplo para muchos, pues da lo único que tiene.