En un intento de las autoridades iranís por detener las protestas masivas, han quitado el internet y las comunicaciones en la población para tratar de pararlos mientras tres ataques terroristas ya dejan una decena de muertos y varios heridos.
Irán vivió una violenta noche con movilizaciones a lo largo del país y dos ataques a tiros que causaron al menos 12 muertos, cuando las protestas por la muerte de Mahsa Amini entran en su tercer mes.
Las protestas que comenzaron tras la muerte el 16 de septiembre de Amini, tras ser detenida antes por la Policía de la Moral por llevar mal puesto el velo islámico, se han intensificado en los últimos días por la conmemoración de las movilizaciones de 2019, en las que murieron 300 personas.
“Mujer, vida, libertad”, el eslogan de las protestas, resonó anoche en numerosas ciudades del país, como Teherán, Gorgan, Sanandaj o Isfahan, donde los manifestantes bailaron en torno a hogueras.
El caos de las protestas fue “aprovechado por grupos terroristas” para cometer un ataque a tiros en la ciudad de Ize, en el sur de Irán, según la agencia oficial del régimen IRNA.
Allí, hombres armados que viajaban en motocicletas abrieron fuego contra transeúntes y policías en el mercado central de la ciudad, matando al menos a siete personas e hiriendo a 15.
Tres sospechosos han sido detenidos por su supuesta implicación en el ataque, informó Ali Dehqani, director del Departamento de Justicia de Juzestán, donde está situada Ize.
Esa ciudad vivió anoche fuertes choques, en los que los manifestantes prendieron fuego a un seminario religioso.
En otro ataque, hombres armados que se desplazaban en motocicletas dispararon contra fuerzas de seguridad en la ciudad de Isfahan, en el centro del país, y mataron a dos basiji (milicianos islámicos) e hirieron a ocho personas más.
Además, tres personas murieron en la ciudad de Semirom, en la provincia de Isfahan, en circunstancias no explicadas por las autoridades.
Las protestas se han intensificado desde el martes, tras un llamamiento de activistas a conmemorar las movilizaciones de 2019, en las que murieron 300 personas.
Al menos 326, entre ellos 43 menores de edad, han muerto en la represión policial, según la a ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo.
Además, hasta ahora cinco personas han sido condenadas a muerte por su participación en las movilizaciones, mientras que unas 2.000 han sido acusadas de diversos delitos por manifestarse.
La Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU aprobó ayer por 79 votos a favor, 28 en contra y 68 abstenciones una resolución crítica con Irán por las últimas revueltas y la amplia represión desatada para desactivarlas.