El hombre fue descubierto debido a la comida y fue condenado a poco más de 15 años en prisión por fraude, entre otras cosas.
Un hombre llamado Anthony Gignac se hizo pasar por un príncipe saudita y así robó ocho millones de dólares durante 30 años. Sin embargo, fue descubierto por una de sus víctimas porque comió cerdo en un restaurante y fue sentenciado en el 2019 a 18 años de presión en Miami.
Este hombre había adoptado la identidad ficticia de “Sultán Bin Khalid Al Saud” para sostener un estilo de vida opulento, que incluía la posesión de vehículos de lujo como Ferraris y Rolls-Royces con placas diplomáticas falsas y vivía en un exclusivo penthouse en Fisher Island, Miami.
Este hombre perfeccionó tanto su personaje que llegó a dotar a su séquito de guardaespaldas de insignias falsas del Servicio de Seguridad Diplomática, vistiendo trajes tradicionales saudíes y portando tarjetas de presentación que lo autoproclamaban como “Príncipe”.
Asimismo, en su Instagram @princedubai_07 mostraba que vestía ropa de diseñador, relojes Rolex, pulseras Cartier, entre otras. Incluso, su mascota, un chihuahua llamado Foxy tenía collares de diamantes y ropa de lujo.
Sin embargo, detrás de esta fachada se escondía Gignac, un huérfano colombiano nacido como Anthony Moreno y criado por una familia en Michigan.
A pesar de sus esfuerzos por mantener esta imagen, Gignac pasó por alto una regla musulmana fundamental: la prohibición del consumo de carne de cerdo, algo que cualquier príncipe saudita respetable sabría. Cuando el desarrollador inmobiliario Jeffrey Soffer lo descubrió comiendo tocino y otros productos porcinos, contrató investigadores privados para examinar al supuesto príncipe, desencadenando una investigación del FBI.
Gignac afirmaba poseer 600 millones de dólares en una cuenta bancaria que deseaba invertir en el renombrado hotel Fontainebleau de Soffer en Miami Beach. Inicialmente, Soffer cayó en su engaño y le obsequió al falso “jeque” 50.000 dólares en artículos de lujo, según fuentes anónimas.
Este incidente forma parte de una serie de estafas perpetradas por Gignac, que según los fiscales, afectaron a 26 víctimas en todo el mundo a las cuales les robó millones de dólares.
Gignac fue detenido en 11 ocasiones por “planes relacionados con el príncipe” antes de su último arresto. Gignac se declaró culpable de múltiples delitos, entre ellos hacerse pasar por diplomático extranjero y cometer fraude electrónico, recibiendo una condena de 18 años y ocho meses de prisión.