El encuentro de semifinal del fútbol femenino entre Xelajú e Ixtahuacán quedará grabado en la memoria, no solo por el electrizante marcador de 5-3 favorable a las lanudas, sino también por el lamentable espectáculo que se vivió al final del partido. En un choque que demostró la pasión y la garra con la que las mujeres disputan cada balón, Xelajú logró imponerse en un duelo lleno de goles y emociones. Sin embargo, la euforia y la frustración desbordaron los límites cuando, al sonar el silbatazo final, ambos equipos se vieron envueltos en una trifulca donde los ánimos se encendieron y los golpes comenzaron a volar.
Aunque la confrontación finalmente se disipó y la calma regresó al terreno de juego, el incidente dejó una mancha en lo que había sido un vibrante encuentro deportivo. Este desafortunado cierre subraya la intensidad con la que se vive el fútbol femenino, donde la entrega y la pasión en la cancha pueden, en momentos de alta tensión, traducirse en reacciones inapropiadas. A pesar del bochornoso final, el partido demostró el creciente nivel y la competitividad del fútbol femenino, dejando claro que las jugadoras entregan el alma en cada encuentro. Ahora, Xelajú se prepara para la final, mientras que la liga deberá tomar cartas en el asunto para evitar que este tipo de incidentes empañen el espectáculo deportivo.