El certamen Miss El Salvador 2025, que elegirá a la próxima representante del país para Miss Universo, ha encendido la conversación mucho antes de su gala final. La polémica se centra en Daniela Guevara, candidata de Cuscatlán, quien durante su desfile en traje de baño en la competencia preliminar, dejó ver con seguridad varios tatuajes en su cuerpo.
Las imágenes y videos del momento se viralizaron rápidamente, dividiendo las opiniones del público. Por un lado, un gran número de usuarios aplaude a Guevara, calificándola como un símbolo de autenticidad y modernidad. Argumentan que su participación representa una evolución necesaria en los concursos de belleza, que deben reflejar a la mujer actual en toda su diversidad. Por otro lado, los sectores más conservadores critican su apariencia, al considerar que los tatuajes rompen con la imagen “clásica” y los parámetros tradicionales que, según ellos, una reina de belleza debe mantener.
Este suceso ha reavivado el debate sobre la rigidez de los estándares estéticos en este tipo de competencias y hasta qué punto deben adaptarse a los cambios sociales. La organización de Miss El Salvador no se ha pronunciado al respecto, pero la discusión ya está servida: ¿estamos presenciando el fin de una era en los certámenes de belleza?
