El mundo de las artes marciales mixtas (MMA) se estremece con la noticia de la dura sanción impuesta al carismático y controversial peleador irlandés, Conor McGregor. La UFC, en conjunto con la Combat Sports Anti Doping (CSAD), ha anunciado una inhabilitación de 18 meses para “The Notorious” por incumplir las normas antidopaje. Esta sanción representa un duro golpe en su planeado regreso al octágono.
Según el comunicado oficial, el excampeón no se presentó a tres pruebas de control antidopaje durante el año 2024. Estos fallos de localización, clasificados como “Incumplimiento de Paradero” (Whereabouts Failure) por la CSAD bajo el Programa Antidopaje (ADP) de la UFC, ocurrieron específicamente los días 13 de junio, 19 de septiembre y 20 de septiembre de 2024.
McGregor, una de las figuras más grandes y mediáticas de la historia de la UFC, ha optado por aceptar la sanción de un año y medio. Con la inhabilitación retroactiva, la estrella irlandesa podrá volver a la competición a partir del 20 de marzo de 2026.
Esta situación añade un nuevo capítulo a la compleja relación de McGregor con los programas de control de drogas, que ya había estado en el ojo del huracán cuando su regreso a la jaula fue un factor detonante en la separación de la UFC con la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) a principios de 2024. A pesar de haber sido el peleador con más pruebas antidopaje realizadas en 2024, según algunos reportes, sus fallos de paradero han resultado en esta significativa suspensión.
El ‘Notorious’ ha estado fuera de acción desde julio de 2021, tras sufrir una grave fractura en su pierna. Su esperado regreso contra Michael Chandler, que se rumoreaba para el 2024, queda ahora en el aire, postergando nuevamente la vuelta de la superestrella.