En un análisis científico de como las embarcaciones afectan a los animales marinos, los científicos han usado el video de un tiburón peregrino siendo golpeado por un barco.
Los tiburones evolucionaron millones de años antes de que existieran los seres humanos. Por lo cual los humanos no forman parte de su dieta habitual. La mayoría se alimenta principalmente de peces pequeños e invertebrados.
Pero como consecuencia de diferentes actividades humanas, varias de las especies de tiburones están amenazadas. Un nuevo estudio científico publicado en la revista Frontiers in Marine Science analizó el primer vídeo de la historia de un tiburón o de cualquier animal marino de gran tamaño que es golpeado por una embarcación.
Se trata de un ejemplar de tiburón peregrino, que es uno de los mayores peces conocidos, ocupando el segundo lugar en tamaño tras el tiburón ballena. Es una especie en peligro de extinción y el golpe ocurrió frente a las costas de Irlanda en abril pasado.
Irónicamente, el ejemplar fue alcanzado dentro de los límites del primer parque marino nacional de Irlanda. Los investigadores y sus colegas locales ya habían elaborado unas directrices voluntarias para las embarcaciones que reducirían el riesgo para los tiburones peregrinos. Esperan que algunas de ellas, como las restricciones de velocidad cuando los tiburones son visibles, puedan hacerse obligatorias.
Según Taylor Chapple, investigador de tiburones del Centro de Ciencias Marinas Hatfield de la Universidad Estatal de Oregón en los Estados Unidos y autor principal del estudio, los datos -que fueron recogidos por un dispositivo de medición de la actividad similar a un reloj inteligente y una cámara conectada- aportaron a los científicos una oportunidad única para conocer mejor el impacto de las colisiones con embarcaciones en los grandes animales marinos, que es una preocupación creciente en todo el mundo.
“Se trata de la primera observación directa de un impacto de un barco contra una megafauna marina de la que tenemos constancia”, explicó Chapple.
“El tiburón fue golpeado mientras se alimentaba en la superficie del agua e inmediatamente nadó hacia el fondo marino en aguas más profundas, un marcado contraste con su comportamiento antes del golpe”, detalló.
El estudio tiene sus implicancias para el manejo de los ecosistemas: “Nuestros hallazgos demuestran el riesgo y el impacto de las colisiones con embarcaciones y la necesidad de tomar medidas para reducir este riesgo”, afirmó.
Los investigadores desconocen si el tiburón, una hembra de unos 7 metros de largo, se recuperó finalmente de la colisión. La marca estaba diseñada para liberarse del animal a una hora predeterminada.
Unas siete horas después del impacto, la marca fue liberada y posteriormente recuperada por los investigadores. Los datos mostraron que el tiburón no reanudó su alimentación ni otros comportamientos normales mientras estaba siendo vigilado, explicó Chapple.
Los ejemplares de tiburón peregrino con frecuencia alcanzan más de 8 metros de longitud. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) los ha clasificado en la lista de especies en peligro de extinción, e Irlanda es uno de los únicos lugares del mundo donde se siguen encontrando grandes cantidades de tiburones peregrinos.
Se alimentan por filtración en la superficie del agua, de forma similar a algunas ballenas, lo que los hace más susceptibles a las colisiones con embarcaciones.
Pero, a diferencia de las ballenas, los tiburones peregrinos suelen hundirse cuando mueren, lo que dificulta la medición de las tasas de mortalidad, comentó Chapple.