Cada nuevo descubrimiento que se haga de Mercurio, así sea una imagen, es considerado como un hito en el marco de la investigación astronómica. Ejemplo de esto es la nueva galería que BepiColombo mostró del planeta.
El pasado 1 de octubre, esta misión desarrollada en conjunto por la Agencia Espacial Europea y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, envío a la Tierra una serie de fotografías que muestran la superficie de Mercurio.
“La imagen fue tomada a las 23:41:12 UTC por la Cámara de Monitoreo 2 del Módulo de Transferencia de Mercurio cuando la nave espacial estaba a 1410 km de Mercurio. La aproximación más cercana de 199 km tuvo lugar poco antes, a las 23:34:41 UTC del 1 de octubre. Esta imagen es una de las más cercanas adquiridas durante el sobrevuelo”, explicó la Agencia Espacial Europea por medio de un comunicado de prensa.
Lo más sorprendente de una de estas fotografías es que visibiliza las similitudes que existen entre la superficie de este planeta y la Luna terrestre. Tal como sucede con el satélite natural de la Tierra, Mercurio muestra una serie de cráteres de los cuales la Agencia Espacial explicó su origen en el documento oficial:
“Una teoría es que pudo haber comenzado como un cuerpo más grande que luego fue despojado de la mayor parte de su roca por un impacto gigante. Esto lo dejó con un núcleo de hierro relativamente grande, donde se genera su campo magnético, y solo una delgada capa exterior rocosa.
Mercurio no tiene equivalente a las antiguas tierras altas lunares brillantes: su superficie es oscura en casi todas partes y se formó por vastas efusiones de lava hace miles de millones de años. Estos flujos de lava tienen las cicatrices de cráteres formados por asteroides y cometas que chocan contra la superficie a velocidades de decenas de kilómetros por hora. Los suelos de algunos de los cráteres más antiguos y más grandes han sido inundados por flujos de lava más jóvenes, y también hay más de un centenar de sitios donde las explosiones volcánicas han roto la superficie desde abajo”.