Un equipo internacional de investigadores ha encontrado pruebas importantes de que la Tierra atravesó un verdadero desplazamiento polar en el periodo Cretácico, hace unos 84 millones de años, anunció este martes el Instituto de Tecnología de Tokio.
Por mucho tiempo los científicos han estudiado el movimiento de las placas tectónicas de la corteza terrestre. Sin embargo, en esta investigación los especialistas analizaron el movimiento conjunto de la corteza y el manto sobre el núcleo externo líquido del planeta. Dado que el núcleo es el responsable de generar el campo magnético de la Tierra, cualquier cambio significativo podría influir también en el desplazamiento de los polos, que permanecen alineados con el eje de rotación.
“Imagínense mirar la Tierra desde el espacio. El verdadero desplazamiento polar se vería como si la Tierra se inclinara de lado, y lo que en realidad está sucediendo es que toda la capa rocosa del planeta gira alrededor del líquido núcleo externo”, explica uno de los miembros del equipo, Joe Kirschvink.
Durante décadas, la evidencia de si hubo o no este proceso en la historia de la Tierra fue controvertida. Para resolver la cuestión, los investigadores estudiaron los cristales de magnetita en las rocas del período Cretácico, de hace unos 145,5 y 65,5 millones de años, en los montes Apeninos, Italia. Los cristales de ese mineral, formado por algunas bacterias, se alinean conforme a las líneas magnéticas como pequeñas agujas de brújula, posibilitando entender dónde estaba el polo norte magnético en el momento de su solidificación.
El análisis de las muestras mostró que hace unos 84 millones de años la corteza del planeta se inclinó 12 grados. Y en el transcurso de aproximadamente cinco millones de años, el planeta volvió a su posición inicial.
“Esta observación representa el más reciente desplazamiento polar verdadero a gran escala documentado y pone en duda la teoría de que el eje de rotación se ha mantenido estable en gran medida durante los últimos 100 millones de años”, indican los científicos.