Marte cuenta desde hace unas semanas con los nombres de dos conocidas científicas en sus mapas: dos cráteres marcianos de gran tamaño se denominan, desde ahora, “Lynn Margulis” y “Elizabeth Roemer”.
La doctoranda en el Centro de Astrobiología (CAB, centro mixto del CSIC y el INTA) Cristina Robas ha dado nombre a estos dos cráteres marcianos, situados en la zona de estudio de su tesis; este gesto pretende rendir homenaje a la labor de las mujeres en la ciencia.
El agua es uno de los requisitos fundamentales para la existencia de vida y por esta razón es importante localizar y caracterizar los lugares en otros planetas en los que el agua líquida pudo haber existido en el pasado, o incluso en la actualidad.
Por su cercanía y semejanza con la Tierra, Marte se ha convertido para los científicos en la primera parada en esta búsqueda, recuerda el CAB en una nota.
Con el objetivo de comprender el antiguo ciclo hidrológico de Marte, Robas está dedicando su tesis doctoral a identificar la presencia de agua en el pasado marciano, tanto en estado líquido como en forma de hielo.
Para ello ha utilizado datos orbitales de alta resolución, que le han permitido elaborar un detallado mapa geomorfológico del suroeste de Sinus Sabaeus, una región localizada en las denominadas Tierras Altas de Marte.
En el mapa destacan, por su gran tamaño, por su antigüedad y por las diversas unidades geológicas que albergan, dos cráteres de impacto. Estos, de 200 y 120 kilómetros de diámetro, respectivamente, han sido bautizados con los nombres de “Margulis” y “Roemer”, como homenaje a estas dos científicas.
Lynn Margulis dedicó su carrera al estudio del origen y evolución temprana de la vida. Fue una influyente bióloga y pionera de la astrobiología, conocida por su teoría de la endosimbiosis seriada, que describe la aparición de las células eucariotas (las que tienen núcleo) como consecuencia de la incorporación simbiótica de diversas células procariotas (sin núcleo).
Elizabeth Roemer fue una astrónoma especializada en el estudio de cometas y asteroides, y fue pionera en la fotografía y el estudio de núcleos cometarios, así como en astrometría.
Consiguió mediciones precisas de las posiciones y los movimientos de multitud de cuerpos celestes, descubriendo 79 cometas y los asteroides “Lucifer” y “Bok”, y fue codescubridora de “Themisto”, una luna de Júpiter.
Según Robas, “con estos nombres se ha querido rendir tributo a la valiosa labor de estas dos científicas y a su destacado papel en el campo de las ciencias del espacio; y a todas las mujeres que se han dedicado a la ciencia a lo largo de la historia”.
La investigadora detalla que el proceso para poner nombre a los cráteres viene determinado por los criterios de la Unión Astronómica Internacional.
Robas envió su propuesta y, una vez evaluada, fue aceptada por el organismo e incluida en la nomenclatura. Estos dos nombres son oficiales desde el pasado 22 de abril.