En una noche de gala en el Théâtre du Châtelet de París, el fútbol mundial ha encontrado a su nuevo monarca: Ousmane Dembélé. El atacante francés ha sido galardonado con el Balón de Oro 2025, un premio que certifica su extraordinaria temporada 2024-2025. Su nombre se inscribe así en la historia junto a las más grandes leyendas de este deporte, un logro que es producto de su talento, perseverancia y una transformación futbolística notable bajo la dirección de Luis Enrique.
La campaña de Dembélé ha sido simplemente espectacular. Lejos de las lesiones que marcaron etapas anteriores de su carrera, el jugador de 28 años encontró una regularidad y una confianza que le permitieron explotar todo su potencial. Con el Paris Saint-Germain, lo ganó prácticamente todo: la Ligue 1, la Copa de Francia, la Supercopa de Francia y, el más anhelado de todos, la UEFA Champions League. En esta última, fue una pieza fundamental, desequilibrando defensas y apareciendo en momentos cruciales.
Sus estadísticas individuales respaldan de manera contundente la decisión del jurado. A lo largo de la temporada, Dembélé acumuló cifras impresionantes, superando la treintena de goles y registrando un notable número de asistencias. Más allá de los fríos números, lo que ha cautivado al mundo del fútbol ha sido su impacto en el juego. Actuando con libertad por todo el frente de ataque, su velocidad, regate y capacidad para jugar con ambas piernas lo convirtieron en una pesadilla para cualquier rival. Su influencia fue clave para que el PSG se consolidara como una fuerza dominante en Europa.
Este galardón no solo premia un año de éxitos colectivos e individuales, sino también la madurez de un futbolista que ha sabido sobreponerse a las adversidades. La confianza depositada por su entrenador y su respuesta en el terreno de juego han sido determinantes. La coronación de Ousmane Dembélé con el Balón de Oro es, en definitiva, el justo reconocimiento a un talento generacional que ha alcanzado la cima del fútbol mundial.