El Real Madrid ha vuelto a ser el centro de atención, esta vez por su decisión de no asistir a la gala del Balón de Oro. Pese a tener a varios de sus jugadores nominados, incluyendo a estrellas como Kylian Mbappé, Vinicius Jr. y Jude Bellingham, el club ha optado por mantener su distancia. La única representante del club que se espera en la ceremonia es la jugadora Caroline Weir.
La postura del club blanco, liderada por su presidente Florentino Pérez, se debe a una falta de confianza en la credibilidad y transparencia del premio, organizado por la revista France Football en conjunto con la UEFA. Este distanciamiento no es nuevo; el club ya había tomado una decisión similar en la edición anterior, la de 2024, cuando Vinicius Jr. no ganó el premio, que finalmente fue otorgado a Rodri. El Real Madrid consideró aquel resultado como una falta de respeto, especialmente tras la destacada temporada del brasileño, quien fue clave en la obtención de La Liga y la Champions League.
La cancelación del viaje, que incluía a una delegación de unas 50 personas, no es casual. El club ha sido claro en su posición: “El club no va donde no se le respeta”. Además de la protesta institucional, la ausencia de los jugadores masculinos, como Mbappé, Vinicius y Bellingham, se justifica en la cercanía de un partido importante contra el Levante.
Aunque la decisión pueda generar controversia y afectar la visibilidad de los futbolistas, el Real Madrid reafirma su apoyo incondicional a sus jugadores, priorizando la institución por encima de los premios individuales. Esta situación intensifica aún más el debate sobre la objetividad de los galardones en el mundo del fútbol.