Ana de Armas ha explotado. La actriz ha dejado constancia del calvario que pasó mientras fue pareja de Ben Affleck.
Una situación que le abocó no a la depresión pero sí a vivir de forma angustiosa. “Fue horrible”, señalaba De Armas que cuenta que la constante persecución de las cámaras y de los paparazzis de Hollywood hizo mella en ellos.
Y puntualizaba más en este asunto. “Fue una de las razones que me hizo marcharme. Fue horrible. Empezó a ser un poco demasiado. No hay escapatoria allí, no hay forma de salir”.
La meca del cine le pasó mucha factura. Fue destructivo. Mucha presión. “Es una ciudad que te mantiene ansiosa. Siempre sientes que te falta algo, algo que no está. A veces me gusta vivir en los Estados Unidos, pero en otras echo de menos Europa”, manifestaba la actriz.
Y dejaba la sentencia definitiva al respecto. “Pasar por la ruptura confirmó lo que yo pensaba. Este no era el sitio para mí”.
Ana de Armas vive su nueva vida. Instalada en Nueva York y manteniendo una relación con Paul Boukadakis, ejecutivo de Tinder. “A veces siento que no soy parte de la comunidad de artistas cubanos, y luego estaba en España y siento que no soy parte de la comunidad de allí. Y luego estoy aquí, y siento que todavía no estoy allí. Apenas conozco a nadie”, reflexionaba la artista.