Netflix, HBO y Amazon vuelven su mirada al mundo de los videojuegos en busca de inspiración para nuevos proyectos que, antes de ver la luz, ya cuenta con millones de seguidores como “Resident Evil”, “The Last of Us” o “Fallout”.
Las plataformas de streaming, que han cogido un nuevo impulso por la pandemia, acumulan proyectos para adaptar títulos de videojuegos, y todo apunta a que su resultado será menos catastrófico que las experiencias en el cine.
La gran pantalla ha visto algunas de las peores adaptaciones de videojuegos desde hace décadas como Super Mario (1993), Mortal Kombat (1997) o más recientemente Prince of Persia: The Sands of Time (2010).
El cine no ha conseguido superar con éxito la dificultad de condensar decenas de horas de juego, personajes y tramas de un videojuego en apenas dos horas de película, pero el formato de serie se presenta con más posibilidades.
HBO, Netflix y Amazon han anunciado en los últimos meses un gran número de proyectos que apuntan a este nuevo y prometedor matrimonio de conveniencia entre videojuegos y televisión.
The Witcher, una de las sagas más taquilleras con más de cuarenta millones de copias, fue todo un pionero a finales de 2019. Su estreno fue uno de los mejores de la temporada de Netflix y actualmente graba su segunda temporada y tiene cociéndose una precuela,
The Witcher: Blood Origin. Aunque sus creadores aseguran que están basados en las novelas originales, el Geralt interpretado por Henry Cavill está claramente influenciado e inspirado en el personaje del videojuego.
También fue todo un pionero, Castlevania, una serie de animación de Netflix inspirada en el videojuego homónimo, que comenzó en 2017 y que ya va por su cuarta temporada.