El desfile de trajes nacionales del Miss Universo 2025, celebrado en Tailandia, ha confirmado su estatus como una vitrina de arte y cultura global. Dos de las concursantes que generaron mayor impacto por la riqueza de su propuesta fueron Fátima Bosch, la representante de México, y Su-yeon Lee, Miss Corea del Sur.
Fátima Bosch deslumbró con un traje inspirado en Xochiquétzal, la diosa mexica de las flores, las tejedoras, la fertilidad y la belleza. El diseño, a cargo del mexicano Fernando Ortiz, no solo es estético, sino profundamente simbólico. La vestimenta es una pieza estructural que tardó aproximadamente siete meses en ser confeccionada a mano, con un valor estimado de 150 mil pesos mexicanos. Se integra una combinación de plumas, pedrería brillante y figuras de colibríes, aves que en la cosmovisión mexica son vistas como mensajeros que transportan el espíritu de los guerreros caídos. El uso de colores vibrantes como el rojo, verde y azul, junto con el majestuoso penacho, realzó la conexión con la divinidad y la herencia prehispánica del país, posicionándola como una de las presentaciones más memorables de la noche.
Por su parte, Su-yeon Lee, Miss Corea del Sur, continuó la tradición de presentar una reinterpretación del icónico Hanbok. En esta edición del certamen de belleza , sorprendió con una traje samurái y una katana, lo cual sorprendió a todos los asistentes.
La presentación de ambas reinas no solo es una competencia, sino una poderosa declaración de orgullo nacional. La audacia de México al llevar al escenario a una deidad ancestral y la sofisticación de Corea en la actualización de su traje tradicional han enriquecido el certamen con un vibrante diálogo cultural.
