Lo que en principio parecía una transgresión inocente y sin riesgo acabó provocando un choque entre dos vehículos de lujo y gran cilindrada. Parece que el actor Ben Affleck permitió que su hijo Samuel, de tan solo 10 años, se pusiera al volante de un Lamborghini durante su visita a un concesionario de Los Ángeles para que empezara a familiarizarse con semejante automóvil, concretamente con la marcha atrás.
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Al realizar esta maniobra, Samuel no controló demasiado bien las distancias y se acercó demasiado a un BMW que estaba aparcado justo detrás. Finalmente, ambos coches acabaron golpeándose y el pequeño se llevó un susto de gran magnitud, mucho mayor que las verdaderas consecuencias de la colisión. Como ha confirmado un representante del artista, “todo el mundo está bien” y ninguno de los coches sufrió marcas visibles tras su breve contacto.
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Otras fuentes han asegurado que Samuel decidió por sí mismo montarse en el coche, un deportivo amarillo, y experimentar con sus marchas y pedales, todo ello con fatídico desenlace. Se señala que Ben no tardó en rodear a su niño con los brazos para consolarlo por los resultados de su accidente, además de comprobar personalmente que ambos vehículos se encontraban en perfectas condiciones, como así fue.
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