Uno de los momentos más tristes de “Yo soy Betty, la fea” fue cuando Betty descubrió que Don Armando Mendoza la estaba engañando y solo fingía estar enamorado para que ella maquille los informa de la empresa y no se quede con Ecomoda.
En el episodio vemos que la inocente Beatriz recibe de las manos de ‘Sandra’, su amiga y secretaria de Calderón, una bolsa de regalo para el presidente de Ecomoda. Aunque al principio duda en abrirla porque reconoce que no es correcto, al final decide hacerlo y empieza a ver que hay dentro de la bolsa.
Primero se enternece con un peculiar muñeco, luego una caja de chocolates le provocan una sonrisa y, posteriormente, se encuentra con un misterioso sobre amarillo que termina abriendo. Se trata de una carta escrita por Mario Calderón para su mejor amigo Armando Mendoza, con una serie de instrucciones antes de partir de viaje a Palm Beach con Marcela Valencia.
Mientras Betty comienza a leer aquella misiva, su rostro lleno de felicidad por el romance se desvanece y se transforma en un rostro de dolor y llanto pues sufre la peor decepción amorosa al descubrir que estaba siendo usada y engañada por Don Armando. Pero, ¿qué decía la carta? A continuación, te mostramos el texto completo:
Estimado Presidente,
Aquí están las instrucciones para que continúes tu rutina de horror con Betty.
En primera instancia encontrará las tarjetas que deberá continuar colocando en el escritorio cada mañana a su monstrete con su respectivo detalle. No se le vaya a olvidar, porque yo no voy a estar para hacerlo. Escribir esas tarjetas fue más difícil que nunca, porque con las anteriores al menos me contaba lo que pasaba la noche anterior. Los tétricos besos que le daba, las palabras para hacer el horror, digo el amor con ella.
Cada detalle de su itinerario de espanto, cuando menos me servía para escribirle algo. Así que estas tarjetas contienen sentimientos neutrales, supongo que durante estos días tendrá que volver al suplicio de besarla, y seguramente de acostarse con ella.
Igual aquí va la poesía barata que le fascina a ella, poesía para feas enamoradas. Como el monstrete debe estar ilusionada con la ausencia de Marcela lo más seguro es que esté esperando que Ud. le dedique todas las noches a ella, y tendría razón en pensarlo. Pero ojo, debe tener cuidado, Marcela no lo va a descuidar. Seguramente Patricia le va a seguir los pasos y si Ud. da motivo Marcela le va cancelar el matrimonio, y tiene deseo de hacerlo y Ud. sabe mejor que nadie que eso es lo último que debe admitir. Ese matrimonio debe hacerse contra viento y marea.
Yo le sugiero que mañana la lleve al evento de Adriana Arboleda, no se le hará extraño para nadie que vaya con ella. Tómese unos embellecedores, llévela a la casa y si se inspira lo suficiente acuéstese con ella. Si…si…si….si…. ya sé la cara de mártir que debe de estar poniendo al leer esto. Pero Ud. como que ya no padece tanto el horror de acostarse con ella. Ya está anestesiado así que hágalo mañana y salga de eso de una vez. Ella quedara contenta y se la quita de encima por unos días. Ah pero eso sí, yo no le presto más mi apartamento…no señor…Ud. me dañó el récord… que digo dañó, me lo volvió pedazos, hasta el portero se burló de lo fea que era la mujer que llevó.
Por otra parte, mi estimado Dr. el hecho de que mañana se la quite de encima por unos días, no significa que se descuide. Mantenga la rutina de tarjetas y detalles que vienen aquí, porque Don Nicolás Mora sigue detrás de Betty y detrás de EcoModa, y no quiero que cuando regrese me tenga la noticia de que la descuidó y la dejó en manos de ese tipo, porque eso sería lo mismo que haberle entregado la empresa a él.
Y bueno espero que esta semana sea menos horrible que las otras que ha padecido con ella, pero siempre lleve en la cabeza este lema “Beso a Betty por no perder a Ecomoda”… “Le hago el amor a Betty para no perder a Ecomoda”… piense que, con cada beso, con cada terrible caricia Ud. se está asegurando de que Betty jamás nos haga una jugarreta.
Por último, le recuerdo que durante estos días Ud. tiene que ser muy especial, no solo por mantener a salvo a EcoModa, sino porque hay que forzarla a que maquille los informes para la junta que viene. Hermano, ella ahí nos tiene en sus manos, y si se rehúsa a colaborarnos, pues cierre los ojos, tómese otros embellecedores, aliste frases sensibles y llévesela para la cama más próxima… porque yo le digo, no hay nadie más feliz que una fea después de hacer el amor.
Bien mi estimado Presidente, sé que terminara de leer estas instrucciones completamente asqueado, pero piense en una cosa… este infierno no va ser para toda la vida. Ud. volverá a ser el hombre feliz rodeado de mujeres bellas, cuando ella nos devuelva la empresa. Ánimo, presidente.
Tras leer la carta y enterarse de todo lo que había detrás de su noviazgo con don Armando, Betty empezó a hacer cosas bastante llamativas para vengarse de él. Por ejemplo, autorizó la compra del Mercedes E200 de Terramoda, presumió de manera petulante a Nicolás como su “novio millonario”, se rehusó a maquillar el balance para la Junta Directiva de Septiembre y rechazó varias de sus invitaciones.
Si bien Betty aún amaba a Armando, no confiaba en lo absoluto en él y muchas de las acciones de éste solo confirmaban todo el contenido de la carta. La paciencia se le acabó cuando Armando aceptó mandarla lejos para que no estropeara su Matrimonio con Marcela.
Herida y harta de la situación, Betty decide delatarse a sí misma, a Mario y a Armando en la Junta Directiva, entregando Terramoda y renunciando para “nunca volver a Ecomoda”, cosa que nunca se concretaría.