Aunque muchas personas suelen hacerlo de manera irregular, los expertos recomiendan mantener una rutina fija. De acuerdo con la Fundación Nacional del Sueño (National Sleep Foundation), lo ideal es cambiar las fundas de la cama una vez por semana, ya que en ese tiempo se acumulan células muertas, sudor, grasa corporal y polvo que pueden atraer ácaros y bacterias.
En climas calurosos o en personas que sudan mucho durante la noche, es aconsejable acortar ese lapso y cambiarlas cada tres a cuatro días. En cambio, durante el invierno o en quienes duermen con pijama limpia y se duchan antes de acostarse, puede extenderse hasta cada diez días como máximo, según el portal especializado Healthline.

No cambiar las sábanas con la frecuencia adecuada puede favorecer la aparición de alergias, irritaciones en la piel, problemas respiratorios e incluso brotes de acné. Además, un ambiente limpio favorece un sueño más reparador.
@valbarrales ¿Cada cuánto estás cambiando la ropa de cama? 🛏️🏡 #limpieza #hogar #valbarrales #tips #srajoven #cama #organizacion #ropadecama #adultojoven #sudor #acaros ♬ original sound – Val Barrales-Tips de #srajoven
Un truco útil es contar con al menos dos juegos de fundas por cama, para poder rotarlas sin dificultad. También es importante lavarlas con agua caliente (al menos 60 °C) para eliminar microorganismos de forma efectiva. En definitiva, mantener la cama fresca no solo mejora la sensación de confort, sino que protege la salud a largo plazo.
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