Cambiar el cepillo de dientes con regularidad es clave para mantener una buena higiene bucal: la Asociación Dental Americana (ADA) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan hacerlo cada 3 a 4 meses, o antes si las cerdas se ven desgastadas o desflecadas .
Este tiempo de uso es el límite en el que el cepillo conserva su eficacia. Cuando pasan esos meses, las cerdas pierden firmeza, pierden capacidad para remover placa y se vuelven menos eficientes.
¡Precaución, toma nota!
Además, cambiarlo después de estar enfermo es fundamental: virus y bacterias pueden permanecer en las cerdas y provocar una reinfección . Según la dentista Dr. Joyce Kahng, cambiar el cepillo cada 3 a 4 meses ayuda a prevenir la acumulación de gérmenes.

¿Cómo saber si ya es hora de reemplazarlo? Aquí te comparto algunos indicios clave:
• Cerdas desflecadas o dobladas: son el signo más evidente de desgaste que afecta la limpieza.
• Sensación de “fuzzy” o borroso al cepillar, incluso después de usar pasta: indica que el cepillo ya no es efectivo.
• Reciente enfermedad, como gripe o resfriado, es motivo para cambiar inmediatamente.
• No recordar cuándo fue la última vez que lo cambiaste: si no lo recuerdas, probablemente ya haya pasado tiempo suficiente para reemplazarlo.
Importancia de cambiarlo a tiempo:
1. Eficacia en la limpieza: cerdas nuevas limpian mejor placa y residuos. Usar un cepillo viejo equivale a barrer con una escoba desgastada .
2. Prevención de enfermedades: cepillos gastados o contaminados pueden propiciar caries, enfermedades de encías y mal aliento .
3. Evita reinfecciones: tras una enfermedad, un cepillo viejo puede reintroducir patógenos en tu cuerpo .
Conclusión: Está en buen hábito cambiar tu cepillo cada 3 a 4 meses, o antes si observas desgaste, sensación de limpieza insuficiente o luego de enfermarte. Así aseguras mayor eficacia al cepillado, proteges tu salud bucal y evitas que las bacterias se acumulen en tus cerdas.
Según información de: CAD & CDC