Una buena refacción no solo calma el hambre, también ayuda a mantener la concentración y evitar los bajones de energía típicos de la jornada laboral. Según Northwestern Medicine (nm.org), lo ideal es que combine proteínas, fibra y carbohidratos complejos para ofrecer energía sostenida.
Entre las opciones más recomendadas están las frutas frescas con mantequilla de frutos secos, como manzana con mantequilla de maní, que aportan fibra y grasas saludables (Fresh Tri). Otra alternativa es preparar verduras crujientes con hummus o tzatziki, un snack rico en fibra y proteína vegetal, respaldado por la American Heart Association (heart.org).
El yogur griego con frutos rojos y semillas es excelente para combatir la fatiga gracias a su aporte de proteínas y antioxidantes (Northwestern Medicine). Si buscas algo portátil, el mix de frutos secos y deshidratados es una de las mejores combinaciones para saciar el hambre, según Healthline. También puedes optar por garbanzos tostados condimentados, que ofrecen proteína vegetal (Healthline).

Incluso los clásicos tienen cabida: unas palomitas de maíz al aire, sin mantequilla ni exceso de sal, son un snack ligero y rico en fibra (Fooda). Y si prefieres preparar con antelación, las bolitas energéticas de avena, frutos secos y semillas son prácticas y llenadoras, como recomienda Delish.

En todos los casos, es clave la organización. Preparar porciones pequeñas evita excesos y ayuda a elegir mejor (Cleveland Clinic). Además, beber agua antes de recurrir a un snack puede marcar la diferencia, ya que la sed a menudo se confunde con hambre (Wall Street Journal).
Adoptar estas refacciones saludables no solo mejora tu rendimiento, también convierte la pausa en un momento de autocuidado diario.