Más allá de su conocido efecto para disipar el sueño, el café matutino podría tener un impacto directo y positivo en nuestro estado de ánimo. Un reciente estudio, publicado en la revista científica Scientific Reports, ha confirmado que el consumo de cafeína está asociado a un aumento de la felicidad y el entusiasmo, especialmente al comenzar la jornada.

Investigadores de Alemania y Estonia llevaron a cabo un exhaustivo seguimiento a jóvenes adultos en su día a día. A través de miles de encuestas cortas enviadas a sus móviles a lo largo de varias semanas, los científicos pudieron analizar cómo se sentían los participantes en los 90 minutos posteriores a haber consumido cafeína. Este método permitió observar los efectos en entornos cotidianos.
Los resultados fueron contundentes: el consumo de cafeína se asoció de manera consistente con un aumento en el afecto positivo, incluyendo sensaciones de alegría y satisfacción. Este impulso emocional es particularmente fuerte durante las primeras dos horas y media después de despertar. Según los autores, la primera taza del día no solo combate la somnolencia, sino que también funciona como un “reinicio” anímico.
Curiosamente, el estudio no encontró una relación tan sólida con la disminución de emociones negativas, lo que sugiere que la cafeína es más eficaz para potenciar la alegría que para aliviar las preocupaciones. En definitiva, la ciencia respalda lo que muchos ya intuían: esa primera taza de café es un pequeño, pero significativo, refuerzo para el bienestar emocional.