Un equipo de físicos de la Universidad de Ohio ha demostrado cuál es el fenómeno que provoca las auroras boreales o luces de la noche que pueblan los cielos de la Tierra. Lo que hasta ahora era para la comunidad científica un misterio es en realidad un proceso formado por olas electromagnéticas que se producen en medio de tormentas geomagnéticas, ha indicado Greg Howe, profesor asociado del Departamento de Físicas y Astronomía de la Universidad de Iowa y coautor del estudio.
“Lanzamos ondas Alfven hacia abajo con una antena que diseñamos, como si estuviéramos usando una manguera de jardín, y observamos la onda moverse a lo largo de la misma”, ha explicado Howes. Al ver que los electrones comenzaban a surfear junto a la ola, emplearon un instrumento que midiera la energía que provocaba este movimiento.
Aunque este experimento no produjo un brillo como el de las auroras boreales, “los datos que hemos obtenido en el laboratorio, que incluyen simulaciones que siguen cálculos matemáticos, muestran que los electrones surfean en las olas de Alfven y cogen velocidad hasta originar una aurora”.
Howes ha compartido que predecir la fuerza geomagnética de una tormenta permite dar respuesta a una incógnita que ha dejado de ser un misterio. Según él, su equipo ha determinado que “la unión entre los electrones que ‘surfean’ por las olas Alfven a 16.000 kilómetros sobre la superficie de la Tierra es algo que hemos aprendido a medir y aplicar a observaciones que pertenecen al espacio”.
Para Patrick Koehn, científico de la división de Heliofísica de la NASA, este avance ayuda a entender mejor el tiempo espacial. El mecanismo de aceleración de electrones verificado por este proyecto está funcionando en otras partes del sistema solar, por lo que encontrará muchas aplicaciones en la física espacial.