El Mary Celeste fue un barco mercante estadounidense que existió en mediados del siglo XIX, su misteriosa desaparición se ha convertido en uno de los enigmas marítimos más intrigantes de la historia. Puesto que fue hallado abandonado en el océano Atlántico en condiciones desoladoras, su historia continúa desconcertando a expertos y entusiastas de la navegación.
Durante siglos, los mares y océanos del mundo han sido testigos de ‘misteriosas desapariciones’ que han sido objeto de especulaciones e intrigas a lo largo de la historia de la navegación.
El barco mercantil Mary Celeste fue una embarcación comerciante construida en Parrsborough, en Nueva Escocia, en el año 1861. Esta nave acuática fue destinada a transportar alcohol desde Estados Unidos hacia Europa, y era comandado por el capitán Benjamin Briggs. Según reseña la enciclopedia ‘Navíos y veleros, historias, modelos y técnicas’, el último registro que se halló en el diario del capitán en tierra firme fue del 3 de noviembre de 1872.
Se sabe que antes de su partida el capitán le habría escrito una carta a su madre en la que le comentaba que ese 7 de noviembre de 1872, partirían hacia Génova, en Italia, le aseguró que “nuestro barco está en un hermoso estado y espero que tengamos un buen pasaje”.
Cómo estaba previsto, ese el navío partió del puerto de Nueva York con rumbo a Génova, con el capitán Briggs junto a su esposa e hija y siete marineros en su tripulación.
Después de zarpar y según la leyenda que se describe en el libro ‘Historia secreta de los océanos’ del escritor francés Roberto de la Croix, se cree que el barco se enfrentó a unas terribles condiciones climáticas, con tormentas, fuertes vientos y el océano revuelto por más de dos semanas. Esto se sabe por qué en las páginas que hallaron del diario del capitán, se tienen registros que datan del 25 de noviembre de 1972.
Luego de esa fecha, nada más se supo del navío ni de la tripulación. “Hay varias similitudes con otras leyendas y relatos de naufragios de los mares. Muchas veces las historias suelen agigantarse con el paso del tiempo y las distintas versiones que se van contando”, mencionó la historiadora argentina Adriana Pisani en su libro ‘La fantasía del naufragio’.
Según reconstruyen y mencionaron varios marineros de la época, el 5 de diciembre de 1972, casi un mes después de zarpar, un barco de Canadá llamado Dei Gratia, se encontraba en una isla cerca de Nueva Jersey esperando un cargamento de petróleo, también con destino a Génova y al igual que el desaparecido Mary Celeste, seguiría el trayecto vía Gibraltar.
Los tripulantes del barco canadiense, indicaron que a mitad del camino, entre el archipiélago Azores y la costa de Portugal, observaron a lo lejos un barco ‘fantasma’ a la deriva, naufragando a pocos kilómetros de distancia. El capitán de la embarcación, David Morehouse, y su primer oficial, Oliver Deveau, confirmaron que se trataba del Mary Celeste, pero notaron que iba vació.
El extraño avistamiento despertó la preocupación, por lo que los tripulantes del barco Dei Gratia decidieron acercarse para ofrecer su ayuda. Pero al llegar, se encontraron con un escenario desolador. Las velas del navío estaban en malas condiciones, parcialmente colocadas y algunas faltaban. Además, vieron que la escotilla principal estaba asegurada, pero las de proa y popa estaban abiertas con sus tapas arrojadas lejos de ellas.
Al continuar con la inspección de la embarcación, que había estado desaparecida por varios días, encontraron las pertenencias de los tripulantes en las habitaciones y camarones, y al realizar la inspección completa encontraron que el único barco salvavidas tampoco estaba allí.
También se dice que al descender a la bodega, se encontraron con casi un metro de agua, una cantidad significativa, pero para nada alarmante, en un barco del tamaño de Mary Celeste. Sin embargó,
aún permanecían dentro de la embarcación los 1700 barriles de alcohol intactos y una impresionante cantidad de suministros para más de seis meses.
El capitán Morehouse se atrevió a indagar en el camarote del capitán, donde halló artículos personales esparcidos por la cabina, incluida una espada debajo de la cama. Pero lo que más le sorprendió, fue que faltaban la mayoría de los papeles del barco junto con los instrumentos de navegación de Briggs.
“En el caso de Mary Celeste, que en la bodega no había tanta agua como para abandonarlo, después de haber leído mucho, he investigado sobre otros casos, entiendo que la desesperación del momento puede haber generado que el capitán ordenara abandonar la nave y a partir de ahí, naufragaron en el barco salvavidas”, opinó Pisani.
El hallazgo del Mary Celeste abandonado desencadenó una serie de investigaciones y teorías que han perdurado hasta el día de hoy. A pesar de que la tripulación y los pasajeros el Mary Celeste desaparecieron misteriosamente, sus pertenencias personales, víveres y cargamento de alcohol se encontraban intactos. No había signos de naufragio ni daños graves en el barco.