Guateplay hoy te trae una leyenda originaria de Colombia y Venezuela, se transmitió como una tradición oral, que surgió a mediados del Siglo XIX. se asocia con el territorio de los llanos, espero que puedas leerla y ten cuidado cuando escuches un silbido en medio del campo.
Esta es su historia la de un niño convertido en monstruo de un asesino convertido en maldición de un Alma condenada a vagar por la eternidad cargando sobre sus hombros el peso de su Crimen y si en algún momento mientras escuchas esto sientes un escalofrío recorrer tu espalda No voltees porque si alguna vez escuchas su silbido en la distancia que está demasiado cerca el llano es un lugar hermoso y peligroso los días son abrasadores con el sol devorando la Tierra [Música] y el viento se convierte en un susurro que se desliza entre los árboles entre los pastizales como si trajera consigo Voces del pasado aquí los ancianos dicen que el mundo de los vivos y los muertos no están tan separados como creemos aquí las historias de espectros no son cuentos son advertencias y en lo más profundo de estas tierras entre los caminos de tierra y los ríos donde la luna Brilla como un ojo vigilante hay una historia que todos conocen un nombre que nadie quiere pronunciar en la noche el silbón la primera vez que se escuchó su silbido fue hace mucho tiempo era una noche sin luna el aire estaba pesado húmedo con un olor extraño como a Tierra Mojada y sangre seca un hombre caminaba solo por un sendero entre los pastizales con su machete colgado a la cintura y un cigarro apagado en los labios no tenía miedo de nada era un cazador Pero entonces el sonido lo detuvo un silbido lento largo el hombre frunció El ceño miró a su alrededor no había nadie pero algo no estaba bien el sonido no venía de un solo lugar parecía rodearlo primero lejos luego cerca luego otra vez lejos los perros del pueblo empezaron a ladrar en la distancia y entonces lo vio apenas una sombra entre las sombras alta inmóvil pero estaba allí el hombre no gritó no corrió solo cerró los ojos y murmuró una oración cuando los abrió de nuevo la sombra había desaparecido y a la mañana siguiente encontraron su cuerpo seco como si algo le hubiera robado la vida en una sola noche desde entonces el silbido se convirtió en un presagio una advertencia de que algo más caminaba entre nosotros algo que no debía estar aquí algunos dicen que el silbón está condenado a repetir el mismo ritual cada noche que camina sin rumbo cargando un saco pesado sobre su espalda un saco lleno de huesos y que cuando la oscuridad lo envuelve se sienta bajo un árbol y los saca uno por uno Los cuenta los acaricia con sus dedos largos y fríos y cuando ha terminado los guarda de nuevo con un suspiro de resignación pero si alguien lo ve si alguien interrumpe su ritual su castigo es peor porque entonces el silbón lo perseguirá y cuando lo alcance abrirá su saco y dejará un espacio vacío dentro un espacio esperando por otro hueso más no es solo una historia es una presencia algo que se desliza entre el viento y la niebla esperando a que alguien lo mencione a que alguien lo escuche y ahora tú lo conoces ahora tú has escuchado su historia así que la próxima vez que camines solo en la noche y escuches un silbido en la distancia no corras no mires atrás solo reza y Espera que no haya un espacio vacío en su saco dicen que la maldad no nace que se hace que un niño viene al mundo como un Lienzo en blanco Esperando ser moldeado por la vida por el amor o el odio que lo rodee Pero hay excepciones a veces el mal es algo que ya está dentro algo que crece en las sombras del alma algo que no necesita una razón solo una oportunidad el silbón no siempre fue una sombra en la noche Hubo un tiempo en que fue solo un niño un niño con ojos oscuros y fríos como la noche sin luna un niño sin lágrimas sin remordimientos desde que abrió los ojos por primera vez el mundo ya sabía que algo estaba mal con él que su maldición no comenzó con un asesinato comenzó mucho antes con un niño que nunca fue un niño en una Hacienda perdida en los Llanos una mujer dio a luz a su primer y único hijo lo sostuvo en brazos con lágrimas de felicidad en los ojos lo llamó su tesoro su vida su bendición pero desde la primera noche algo extraño sucedió el bebé no lloró no se quejaba no pedía alimento no hacía ruido alguno se quedaba despierto mirando. Mirando fijamente a su madre con unos ojos negros y profundos ojos que parecían demasiado conscientes para un recién nacido la mujer sintió un escalofrío pero se obligó a sonreír lo amó con devoción con una entrega absoluta creció rodeado de atenciones sin restricciones sin castigos su madre nunca le negó nada nunca permitió que nada lo lastimara pero algunos amores pueden convertirse en veneno el padre del niño no era como la madre él no veía bendición en su hijo él veía algo más desde pequeño el niño Tenía algo en su mirada algo que le erizaba la piel no reía no jugaba con los demás solo observaba y cuando algo le molestaba su expresión no cambiaba no hacía berrinches solo esperaba un día el padre encontró a su hijo en el corral de p un caballo muerto los trabajadores decían que el animal había colapsado que fue un accidente pero el padre vio las marcas los cortes los ojos del caballo aún abiertos en una expresión de pavor y luego miró a su hijo el niño solo se quedó ahí con las manos cubiertas de sangre sonriendo por primera vez desde ese dí elre a temerle y con el tiempo entendió la verdad su hijo no tenía alma los otros niños del pueblo lo evitaban decían que había algo raro en él que cuando los miraba sentían un peso en el pecho como si algo invisible les apretara el corazón una niña juraba que una vez lo vio ahogando a un gato en el río pero cuando sus padres la llevaron con la madre del niño ella la llamó mentirosa nadie quería ver la verdad hasta que fue demasiado tarde la primera vez que mató nadie lo supo nadie lo vio y eso pensó él era una tarde calurosa cuando desapareció un peón de la Hacienda un joven humilde siempre sonriente que solía cuidar el ganado lo buscaron durante días al final lo encontraron flotando en el río con los ojos abiertos y la piel marcada con heridas profundas la gente pensó que fue un accidente que se ahogó Solo el padre del niño sabía la verdad porque vio las marcas en los brazos de su hijo arañazos como si alguien hubiera intentado aferrarse a él mientras era arrastrado hacia las aguas profundas el padre nunca dijo nada Solo bajó la cabeza y aceptó lo Inevitable su hijo Estaba perdido pero aún no sabía cuán lejos llegaría su oscuridad dicen que el mal cuando se alimenta crece y este niño estaba hambriento no de comida no de amor sino de dolor con los años su frialdad se convirtió en desprecio su desprecio en crueldad y su crueldad en sangre su historia aún no había terminado Apenas estaba comenzando porque aún no había cometido su mayor pecado aún no había asesinado a su padre cada historia tiene un punto sin retorno un momento donde todo cambia un instante en que el destino se como una cuerda que se rompe de golpe dejando solo caos y desesperación para el silbón ese momento fue la noche en que la sangre de su padre empapó la tierra El crimen que lo convirtió en Leyenda El pecado que le arrebató la humanidad y lo condenó a la eternidad pero para entender lo que pasó aquella noche primero Debemos hablar del odio un odio que creció como una infección en su corazón hasta que no quedó nada más la hacienda donde creció no era un hogar era un campo de batalla su madre lo adoraba lo trataba como a un príncipe su padre l evitaba con cada año que pasaba el hombre veía algo más oscuro en su hijo algo que no podía explicar pero que sentía cada vez que esos ojos negros l miraban sin parpadear un día el padre tomó una decisión este muchacho no puede quedarse aquí le dijo a su esposa que lo enviaría lejos que lo haría trabajar en otra Hacienda que un niño sin disciplina se convierte en un hombre sin alma la madre gritó suplicó y su hijo de pie en la sombra escuchó cada palabra esa noche por primera vez sintió miedo no miedo de su padre miedo de perder su poder porque él sabía que su madre era su escudo y sin ella Solo sería un muchacho débil un muchacho que podía ser castigado o peor aún olvidado esa misma noche decidió que su padre no viviría para verlo partir fue un día como cualquier otro el sol abrasaba los campos el ganado rumiaba con lentitud y en la casa el padre descansaba después de la jornada Pero entonces el muchacho habló tengo hambre su voz era seca sin emoción el padre apenas levantó la vista del suelo come lo que haya pero el niño no quería cualquier comida quería carne de venado el padre suspiró se puso de pie tomó su machete y su escopeta y caminó hacia el bosque no sabía que nunca regresaría las horas pasaron el sol cayó tiñendo el cielo de un rojo oscuro pero el padre no volvió el muchacho comenzó a inquietarse no porque le preocupara a su padre sino porque tenía hambre y El hambre le hacía hervir la sangre entonces sin decir palabra salió de la casa tomó su propio machete y caminó hacia el bosque el bosque era un laberinto de sombras y murmullos el muchacho caminó con calma con la cabeza alta sin miedo sabía a dónde ir sabía dónde encontrarlo y entonces ahí estaba su padre de rodillas con la escopeta en el suelo jadeando estaba agotado había perseguido a un venado Pero no logró atraparlo el hombre levantó la vista y vio a su hijo de pie frente a él El muchacho no habló No preguntó solo miró la escopeta en el suelo luego miró a su padre y sin previo aviso levantó el machete el machete se hundió en la carne el padre gimió tratando de retroceder pero el muchacho no se detuvo levantó el machete otra vez y otra y otra hasta que su padre cayó sobre la tierra con la mirada fija en el cielo sin vida Pero eso no fue lo peor lo peor fue lo que hizo después porque el muchacho no dejó el cuerpo en el bosque no lo escondió no lo enterró lo cargó sobre sus hombros y caminó de regreso a casa cuando llegó a la casa su madre lo vio Vio el cuerpo vio la sangre y el muchacho sin inmutarse lo dejó caer sobre la mesa aquí tienes la carne que querías el silencio Se apoderó de la casa la madre cayó de rodillas llorando con las manos en el rostro y entonces pronunció las palabras que sellaron su destino Maldito seas maldito para siempre Desde esa noche el destino del Muchacho quedó escrito su crimen fue demasiado atroz su pecado imperdonable pero aún faltaba el último castigo el castigo que lo convertiría en lo que es hoy el castigo que lo haría vagar por la eternidad hay crímenes que pueden ser perdonados errores que pueden ser enmendados pero hay pecados que la tierra misma se niega a olvidar cuando la sangre de su padre se derramó sobre la mesa la vida de aquel muchacho llegó a su fin Pero la muerte no lo recibió el infierno tampoco lo quiso y así la peor condena imaginable cayó sobre él porque hay cosas peores que morir Hay cosas peores que el olvido hay castigos que nunca terminan Esta es la historia del castigo que dio origen a la leyenda el momento en que un joven asesino Dejó de ser humano y se convirtió en el silbón la madre lloraba sobre el cuerpo de su esposo sus sollozos llenaban la casa rebotando contra las paredes retumbando en la madera como un eco de desesperación Pero el muchacho no lloró no se inmutó solo observaba de pie como si no tuviera nada que ver con él pero había alguien más en la casa esa noche alguien que no iba a permitir que este crimen quedara sin castigo el abuelo un hombre de rostro curtido por los años con la piel endurecida por el Sol y las manos callosas de trabajar la tierra un hombre que había visto muchas cosas en su vida pero nada nada Lo preparó para esto cuando vio el cuerpo de su hijo sobre la mesa algo dentro de él se rompió algo profundo irreparable y en ese instante supo lo que debía hacer este demonio no puede seguir entre nosotros el abuelo no esperó con la furia de un hombre al que la vida ya le había arrebatado demasiado se lanzó sobre su nieto lo derribó al suelo con un solo golpe tomó una soga y lo arrastró fuera de la casa los gritos de la madre se mezclaban con el rugido del viento pero el abuelo no escuchó no podía escuchar su corazón solo latía con un propósito castigo con manos firmes ató al muchacho a un árbol seco sus ramas retorcidas apuntando al cielo como garras de un espíritu vengativo y Entonces comenzó el verdadero dolor el abuelo tomó un látigo no era un simple cuero trenzado era el mismo látigo que usaban para castigar a las bestias Rebeldes grueso pesado cada golpe era como el rugido de una tormenta cada chasquido arrancaba la piel como si la carne misma se negara a permanecer en ese cuerpo pero el muchacho no gritó por mucho tiempo después de un rato solo quedó el silencio un silencio terrible más aterrador que cualquier alarido un silencio que anunciaba que algo dentro de él había cambiado el abuelo siguió golpeando hasta que la carne desgarrada goteaba sangre como un río oscuro sobre la Tierra hasta que su nieto dejó de moverse Hasta que por un instante pensó que estaba muerto no estaba muerto Estaba despierto y en sus ojos ya no había nada humano el abuelo no estaba satisfecho porque la muerte hubiera sido un castigo demasiado suave y este crimen merecía algo peor por eso soltó a los perros bestias de caza hambrientas entrenadas para rastrear y destruir las liberó con una sola orden que lo persigan que lo desgarren los animales corrieron como demonios en la oscuridad los colmillos brillaban con la luz de la luna y entonces el muchacho entendió por primera vez en su vida sintió miedo corrió como nunca antes pero no importaba cuán rápido fuera no importaba cuán lejos llegara los perros siempre estaban ahí siguiéndolo acechándote cayera algunos dicen que nunca murió que los perros nunca lo alcanzaron que corrió Más allá de los Llanos Más allá del tiempo otros creen que murió esa noche que su cuerpo se desplomó en algún Rincón olvidado del mundo y que su alma nunca encontró descanso pero todos coinciden en algo Desde esa noche comenzó el silbido ese sonido largo eterno como un Lamento que atraviesa los siglos los lo han escuchado Los viajeros lo han sentido porque cuando el abuelo pronunció sus últimas palabras . un destino peor que la muerte que vagues por la eternidad cargando los huesos de tu padre para que nunca olvides lo que hiciste desde entonces el silbón camina siempre cargando su saco siempre contando los huesos siempre buscando más la tierra lo rechazó la muerte lo negó Y ahora él camina entre nosotros Si alguna vez escuchas su silbido no corras no grites Porque si suena cerca significa que está lejos Pero si suena débil y lejano significa que ya está detrás de ti cuando el silbón fue maldecido la muerte no lo reclamó la Tierra no se abrió para recibir su cadáver no hubo descanso no hubo final solo la eternidad y el hambre pero no un hambre normal no el hambre de un hombre sino el hambre de un Alma en pena de un espíritu condenado vagar sin rumbo buscando algo que nunca encontrará buscando redención Buscando compañía buscando más huesos para llenar su saco el silbón se convirtió en más que una leyenda se convirtió en un Depredador y la primera vez que alguien lo vio no vivió para contarlo nadie sabe cuánto tiempo pasó el silbón corrió hasta que sus piernas dejaron de responderle los perros desaparecieron la noche el mundo Y cuando abrió los ojos ya no era humano su piel ya no era la misma estaba seca cuarteada Colgando de sus huesos como girones de tela podrida sus uñas eran largas afiladas su voz había desaparecido y en su espalda cargaba el saco el saco con los huesos de su padre no recordaba haberlo recogido, no recordaba haberlo cosido con sus propias manos Pero ahí estaba siempre ahí entonces escuchó el viento un viento que no era natural un viento que llevaba consigo un sonido largo inquietante un silbido y por primera vez el silbón comprendió que ya no era dueño de sí mismo algo lo llamaba algo lo obligaba a caminar así comenzó su maldición así.
CONTINUARA
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