El multimillonario Elon Musk, dueño de SpaceX, ha dicho que si idea es que la humanidad mira a Marte como un planeta para vivir en algún momento.
El llamado planeta rojo es, sin embargo, un lugar inhóspito y no sabemos si esta idea se realice pronto o de manera muy lejana, y cómo se consiga un espacio apto para la humanidad tal como hoy la conocemos.
El más reciente reporte del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), organismo de Naciones Unidas que estudia la ciencia del clima, es catastrófico, por decir lo menos.
Tenemos un planeta alterado y si seguimos como vamos, es posible que en el 2100 la temperatura haya aumentado 2,7 °C “respecto de la era preindustrial, un completo desastre”, detalla la entidad.
Para analizar el tema, monseñor Enrique Sarmiento Angulo y el abogado Raúl Pupo Pumarejo son enfáticos en su blog Paz y Desarrollo {https://blogs.eltiempo.com/pazydesarrollo} del 22 de agosto, al afirmar que “se nos quema la casa y no nos damos cuenta”.
Afirman que “si algo diferencia al ser humano de los animales es la conciencia y es a esta a la que debemos recurrir para actuar de forma urgente y rápida en la protección del medioambiente en estos tiempos de cambios climáticos acelerados y calentamiento global, ocasionados por las acciones humanas”.
Sin otro lugar a dónde ir, es necesario apoyar las políticas de entidades como Naciones Unidas, que buscan mitigar los problemas ambientales y buscar la protección de aquellos lugares del planeta que sirven de catalizador.
“Romper con el equilibrio natural de la Tierra es el camino directo a la muerte de la humanidad, camino que ha venido construyendo el hombre y no Dios. Es y será un gran desafío para todos los pueblos evitar llegar a ese destino de muerte y hambruna”, escenarios a los que nos enfrentamos más.