Es el dilema que se ha generado entre científicos, luego de que Rusia informara que había producido el primer lote de vacunas contra el coronavirus.
Es posible que algunas vacunas no sean tan buenas para prevenir infecciones, pero evitarían casos graves. Estos deben administrarse a quienes tienen más probabilidades de morir a causa de la enfermedad, lo que lleva a muchos científicos a pensar en personas mayores o personas con afecciones.
Pero si una vacuna realmente previene la transmisión, entonces la prioridad debe ser para quienes transmiten la enfermedad con mayor frecuencia: los adultos más jóvenes.
“Protegerse con una vacuna es una forma de proteger a los demás, ya que no puede contagiar a nadie la enfermedad si nunca la contrae. Y comenzar con las personas más jóvenes podría ser la ruta más rápida hacia la inmunidad colectiva, ese fenómeno por el cual el virus se ralentiza por la falta de huéspedes susceptibles”, afirma el periodista Faye Flam, de la revista estadounidense Sciencie.
¿Por qué administrar la vacuna a las personas con más probabilidades de transmitir la enfermedad en lugar de a las personas con más probabilidades de morir a causa de ella?
El virólogo David Sanders de Purdue se refirió al tema:
“Es probable que las vacunas Covid-19 no funcionen tan bien en personas con sistemas inmunológicos que funcionan deficientemente, las más vulnerables a la enfermedad. Ese es a menudo el caso de las vacunas contra la gripe y otras vacunas. Pero esas personas aún pueden estar protegidas si se vacunan suficientes personas sanas para reducir las infecciones. La inmunización no se trata de proteger al individuo, se trata de proteger a la sociedad”, explicó.
Flam enfatizó en su artículo que “el problema con la vacuna de Rusia es que se están saltando las pruebas de campo, lo que podría poner en peligro a personas jóvenes y sanas, pues podrían presentar efectos secundarios graves”.
El periodista explicó que la fase 3 es la parte que lleva mucho tiempo y es en la que se compara una vacuna con un ensayo clínico en el mundo real. Incluso con los 30 mil voluntarios, podría llevar algunos meses, dependiendo de cuánta transmisión esté ocurriendo. Al menos algunas personas en el grupo de ensayo deben infectarse para demostrar eficacia.
“Esta es la fase que Rusia se está saltando, y solo durante esta fase los investigadores pueden saber si las personas que se vacunan aún pueden desarrollar una infección leve o silenciosa y transmitirla a otras personas”, afirmó.
Las vacunas generalmente hacen que su cuerpo produzca anticuerpos contra una de las proteínas virales, pero el virus produce cuatro proteínas, y una infección natural lo dejará con anticuerpos distintos y detectables para todas ellas.
Rusia informó en un comunicado que ya tenían el primer lote de vacuna, elaborada por el Centro de Microbiología y Epidemiología Gamaleya del Ministerio de Sanidad de Rusia.
Con anterioridad, el director del Centro Gamaleya, Alexandr Ginzburg, indicó que para el diciembre próximo o enero de 2021 el país producirá mensualmente cinco millones de dosis de la vacuna y que en curso de un año el país podrá cubrir todas las necesidades de este preparado.