La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue víctima de acoso sexual callejero durante un recorrido a pie en el Centro Histórico de la Ciudad de México el pasado martes 4 de noviembre. El suceso, capturado en video y difundido ampliamente en redes sociales y medios de comunicación, ocurrió mientras la mandataria saludaba a ciudadanos y se tomaba fotografías, dirigiéndose a un evento en las instalaciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
El metraje muestra cómo un individuo se aproximó a la presidenta, la abrazó por el hombro, la tocó en la cadera y el pecho sin su consentimiento, e incluso intentó besarla en el cuello. A pesar de la notable falta de una respuesta inmediata por parte de su equipo de seguridad, conocido como la Ayudantía Presidencial, fue un miembro de este cuerpo el que finalmente intervino para apartar al hombre. Testimonios y reportes indican que el agresor, identificado como Uriel Rivera, mostraba signos de encontrarse en un estado inconveniente, ya sea bajo los efectos del alcohol o sustancias.
Tras la agresión, la presidenta Sheinbaum manejó la situación con notable cautela, incluso accediendo a tomarse una fotografía con el sujeto antes de continuar su camino.
Las autoridades de seguridad confirmaron posteriormente la detención del agresor, quien fue puesto a disposición de la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales de la Ciudad de México. Se espera que sea acusado de delitos como acoso y abuso sexual. De acuerdo con el Código Penal del Distrito Federal, el abuso sexual sin consentimiento y sin el propósito de llegar a la cópula puede conllevar penas de uno a seis años de prisión, las cuales se incrementarían si se comprueba el uso de violencia.
Este lamentable episodio ha reabierto el debate nacional sobre la vulnerabilidad de las mujeres en espacios públicos y las fallas en los protocolos de seguridad para figuras de alto perfil. La Secretaría de las Mujeres emitió un comunicado oficial, condenando los hechos y enfatizando la urgencia de no trivializar ni normalizar ninguna forma de violencia contra mujeres, adolescentes y niñas. La agresión a la máxima figura ejecutiva del país resalta una problemática endémica en México, donde el 70% de las mexicanas mayores de 15 años ha sufrido alguna agresión en su vida, según datos de ONU Mujeres.

