En lo que las autoridades clasificaron como un crimen de odio, tres mujeres, una de ellas embarazada, fueron quemadas y fallecieron a causa de sus heridas, un crimen que ha generado bastante indignación entre las personas.
En la madrugada del pasado lunes 6 de mayo, un hombre roció combustible y prendió fuego una habitación en un hotel del barrio de Barracas, Buenos Aires, en la que se encontraban cuatro mujeres: Pamela Fabiana Cobas, Mercedes Roxana Figueroa, Andrea Amarante y Sofía Castro Riglos.
Cobas y Figueroa, de 52 años y pareja, fallecieron en el lugar a causa de las graves quemaduras. Amarante (42), que estaba embarazada, murió una semana más tarde, un día antes de su cumpleaños número 43, en el Hospital General de Agudos José María Penna, donde Castro Riglos (49) permanece internada.
El principal sospechoso del ataque es Justo Fernando Barrientos (68), un vecino de las víctimas, plomero de profesión, con quien habían tenido un conflicto previo. Barrientos fue detenido y se encuentra imputado por “homicidio agravado por alevosía e incendio”.
Este lunes, a una semana del ataque, se realizó una multitudinaria marcha por las calles de Barracas en repudio a la violencia de género y lesboodiante. Diversas organizaciones sociales y de derechos humanos se expresaron en contra del crimen y exigieron justicia para las víctimas.
“El crimen de odio fue por ser lesbianas, y por las condiciones precarias de vivienda. Con la promoción de discursos de odio y de sus políticas contra el acceso a la vivienda, el Estado es responsable”, dijeron desde el colectivo Ni Una Menos en sus redes sociales y convocaron a concentraciones en todo el país.