Las autoridades sanitarias federales han concluido que será necesaria una dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus para maximizar la protección y prolongar su eficacia.
La dosis comenzará a administrarse a partir de finales de septiembre en todos los adultos completamente vacunados desde hace 8 meses, aunque priorizando a las personas vulnerables que, de hecho, fueron las primeras en ser inmunizadas.
“Las vacunas autorizadas en Estados Unidos siguen siendo notablemente eficaces, pero estamos viendo indicios preocupantes de una ralentización de la protección con el paso del tiempo”, aseguró la directora de los CDC, Rochelle Walensky, durante una rueda de prensa de la Casa Blanca.
“A pesar de ello, la eficacia contra una enfermedad grave, una hospitalización y la muerte se mantiene relativamente alta”, destacó.
Un punto clave en la decisión del Gobierno de recomendar una dosis de refuerzo es la presencia de la variante delta, la cepa dominante en Estados Unidos, mucho más transmisible que el coronavirus original, que ha aumentado exponencialmente los contagios en el país, incluso entre personas completamente vacunadas.