El partido de la selección mexicana y Trinidad Tobago en el AT&T Stadium de Arlington fue suspendido por el grito homofóbico que surgió en las gradas a los 78 minutos de juego.
El primer partido de la Copa Oro fue detenido por tres minutos como manera de prevenir al público de que si seguía profiriendo el insulto, el juego sería detenido de manera definitiva y Trinidad y Tobago sería declarado ganador.
El partido se encontraba empatado 0-0 cuando el árbitro del encuentro, el costarricense Ricardo Montero, detuvo el partido por unos minutos.
En tiempo de compensación, el grito volvió a surgir en las tribunas cuando el portero de Trinidad y Tobago, Marvin Phillip, hizo un despeje por lo que el árbitro volvió detener el partido.
Tres minutos después, el pésimo comportamiento del publico continuó por lo que el partido fue suspendido una vez más y al reanudarse el árbitro lo dio por finalizado decretando el empate en el marcador.