Una reciente polemica ha estallado en el panorama artístico de Guatemala, encendiendo un debate en torno a un certamen de diseño destinado al futuro panteón del laureado Premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias. La iniciativa de traer de vuelta los restos del insigne autor desde Francia ha desatado una cadena de acontecimientos que culminaron en un revuelo considerable, poniendo en el ojo del huracán la gestión del Ministerio de Cultura y Deportes.
La propuesta, cuyo objetivo es honrar la memoria de Asturias con una pieza escultórica emblemática en su sepulcro, prometía ser un hito artístico de gran resonancia. Para este fin, se lanzó una convocatoria que ofrecía tentadores incentivos económicos: Q250,000 para el primer puesto, Q125,000 para el segundo y Q75,000 para el tercero, además de la construcción material de la obra vencedora. Los contendientes debían presentar prototipos o réplicas a escala que se ajustaran a las directrices establecidas.
Tras un periodo de evaluación, el Ministerio de Cultura y Deportes hizo públicos los nombres de los triunfadores, un momento que debió haber sido de júbilo. Sin embargo, la celebración se transformó rápidamente en desilusión y enojo.
La controversia se desató cuando, inmediatamente después de la confirmación de los resultados, la cartera ministerial procedió a una revisión minuciosa de las creaciones y la documentación de los galardonados. Fue entonces cuando se constató que varias de las piezas premiadas no respetaban las dimensiones especificadas en las bases del concurso. Adicionalmente, se detectaron inconsistencias en los expedientes presentados por algunos de los artistas agraciados.
Esta situación ha provocado una marea de descontento entre los concursantes, la comunidad creativa y el público en general. La queja principal se centra en la tardanza en la verificación de los requisitos. La interrogante que resuena es unánime: ¿Por qué el Ministerio de Cultura y Deportes no llevó a cabo estas comprobaciones cruciales antes de proclamar a los ganadores? La ausencia de un filtro preventivo y riguroso ha sembrado desconfianza y ha cuestionado la transparencia y la seriedad de la competición.
Este percance no solo afecta a los creadores implicados, sino que también ensombrece la loable intención de rendir tributo a una figura tan trascendente como Miguel Ángel Asturias.
Informacion: Ministerio de Cultura y Deportes