Además de eso, el mandatario hablo sobre “la frustración” en los votantes así como también aseguro que nunca hubo una “ola roja” de republicanos.
El presidente Joe Biden adoptó un tono empático y conciliador este miércoles durante su conferencia de prensa tras las elecciones intermedias en EE.UU., mientras el control del Congreso sigue en juego.
En ese sentido, el mandatario admitió que los votantes expresaron su frustración durante las elecciones. “Fueron claros en que aún están frustrados. Lo entiendo. Entiendo que han sido unos años realmente difíciles para muchas personas en este país”, destacó.
También mencionó que los electores “hablaron claramente sobre sus preocupaciones”, al mencionar el aumento de los precios y la necesidad de reducir la inflación, el crimen y la seguridad pública. Justamente, asuntos que motivaron a los votantes republicanos.
Biden sostuvo que los resultados de las votaciones de esta semana son una señal de que la democracia se encuentra intacta, a pesar de haber estado bajo amenaza en los últimos años. “Fue un buen día, creo, para la democracia”, dijo sobre la jornada de las elecciones intermedias.
“Nuestra democracia ha sido puesta a prueba en los últimos años, pero con sus votos, el pueblo estadounidense ha hablado y ha demostrado una vez más que la democracia es lo que somos”, sostuvo.
Entonces añadió que “mientras la prensa y los expertos predecían una gigantesca ola roja de los republicanos, eso no ocurrió. Sé que los molesté un poco con mi optimismo implacable”, dijo Biden a los periodistas en la sala, “pero me sentí bien durante todo el proceso”.
El presidente dijo que cualquier escaño perdido por su partido resulta doloroso. Pero indicó que los demócratas “perdieron menos escaños en la Cámara de Representantes que cualquier presidente demócrata en sus primeras elecciones intermedias en los últimos 40 años”.
Se esperaba que el mandatario celebrara una victoria luego de que, al parecer, resistió los vientos históricos y políticos en su contra durante las elecciones intermedias, al mantener a raya las rotundas victorias republicanas, incluso cuando su presidencia probablemente entra ahora a un nuevo periodo de gobierno dividido.