A nueve meses del fallecimiento de la icónica actriz Silvia Pinal, la repartición de su herencia se encuentra en un punto muerto. Los desacuerdos entre sus hijos, Alejandra Guzmán, Sylvia Pasquel y Luis Enrique Guzmán, no solo han retrasado el proceso, sino que han culminado en la renuncia de la albacea designada, María Elena Galindo, quien ha calificado la situación como insostenible.
Galindo reveló en una entrevista con la periodista Pati Chapoy que su labor desde el deceso de la actriz, ocurrido el 28 de noviembre, ha sido completamente gratuita y que la falta de acuerdos le impide continuar. “Ni siquiera un palillo me he llevado… yo ya no puedo, ya estoy grande”, lamentó la albacea, agradeciendo únicamente el trato cordial de los tres herederos, pese a las dificultades.
La situación se ha visto envuelta en una ola de especulaciones sobre el verdadero valor del patrimonio. Mientras algunas versiones aseguraban que la actriz había fallecido sin fondos líquidos en sus cuentas, Chapoy ha afirmado tener pruebas de que la fortuna asciende a 200 millones de pesos. Según información filtrada, el testamento de Pinal estipula una repartición equitativa de esta suma entre sus tres hijos.
A pesar de que la voluntad de la primera actriz parece ser clara, los conflictos internos son el principal obstáculo que impide la ejecución de sus últimos deseos, dejando el millonario legado en un limbo legal y familiar.