La novela que rodea a Novak Djokovic y Australia no está cerca de terminar. Aunque el tenista ganó el juicio y se le permitió el ingreso a la isla y poder practicar para disputar el Australian Open ahora parece que una nueva investigación por mentiras en el juicio de su visa podría meterlo nuevamente en problemas.
Según se informa, las autoridades australianas aún dudan de la veracidad de Djokovic principalmente por las contradicciones en sus testimonios. Esto conllevaría a una nueva investigación en la que, de ser encontrado culpable, estaría siendo obligado a abandonar Australia y no poder ingresar en los próximos tres años.
La duda previa en torno al raqueta es sobre sus viajes previos a su llegada a Australia. El número uno del ranking ATP habría declarado que no viajó durante las dos semanas previas al Grand Slam; sin embargo, publicaciones en redes sociales afirmarían lo contrario.
De hecho, su llegada a la isla fue el 4 de enero y aunque negó en el juicio que pasara navidades y año nuevo en un lugar distinto a su país Serbia el vuelo donde venía Djokovic era proveniente de España.
Por si fuera poco, el tenista también podría ser investigado por la alegación de haber tenido COVID-19 el pasado 16 de diciembre; pero publicaciones en redes antes y después de esa fecha sugieren que estuvo presente en varios eventos sin separación social o tapabocas.
Por último y como guinda al pastel el periodista del New York Times, Ben Rothenberg, publicó unos textos en su cuenta de Twitter donde afirma que la prueba con el código QR que presentó Djokovic en el tribunal australiano donde daba negativo al test el 16 de diciembre y que le permitía contar con la exención médica, la volvió a escanear recientemente y sorpresa: dio positivo.