Un problema con el inodoro en la cápsula Crew Dragon de SpaceX se identificó por primera vez durante la misión Inspiration4 en septiembre, que llevó al espacio a la primera misión compuesta por una tripulación totalmente civil.
Durante el vuelo privado, un tubo que transportaba la orina del inodoro se despegó en un área debajo del piso de la cabina de la nave espacial, derramando su contenido en esta parte y sobre el sistema de ventilador, comentó William Gerstenmaier, vicepresidente de SpaceX, a los periodistas el lunes por la noche, agregando que eso no causó ningún problema grave y no se reportaron casos de fluidos dentro de la cápsula.
Ante esta revelación, SpaceX y la NASA pidieron a los astronautas de la estación espacial de la misión Crew-2 revisar el sistema de gestión de residuos en el Crew Dragon Endeavour, nave que ha estado en el espacio durante seis meses.
El mismo problema se descubrió dentro de la cápsula, por lo que la empresa ha realizado una serie de pruebas en tierra para asegurarse de que la orina derramada en la cápsula no debilitó el cohete y que la estructura de aluminio resista para el regreso a la Tierra la próxima semana.
“Las filtraciones no parecen ser un gran problema. Las dos tripulaciones que volaron a bordo de esas cápsulas no notaron el problema durante sus vuelos, y los análisis sugieren que el Endeavour no sufrió daños por corrosión que podrían complicar su regreso a la Tierra”, aclaró Gerstenmaier.
Como solución permanente al sistema de inodoros en la nave espacial para la misión Crew-3 que se lanzará este fin de semana, la compañía aeroespacial optó por soldar el tubo de descarga de orina que está dentro de la cápsula, “convirtiéndolo en una estructura completamente soldada sin una unión allí que pueda desprenderse y desconectarse”, informó Gerstenmaier.