El presidente Jovenel Moïse de Haití fue asesinado en las primeras horas del miércoles en un ataque a su residencia en las afueras de Puerto Príncipe, la capital, según dijo el primer ministro interino, lo que crea un vacío político que amenaza con profundizar la agitación que ha prevalecido en el país durante meses.
Mientras los gobiernos extranjeros evaluaban con dificultad la situación, millones de haitianos nerviosos se congregaban en torno a aparatos de radio y televisión y evitaban salir a las calles mientras intentaban comprender lo que los siguientes días podrían traer.
La esposa de Moïse, Martine Moïse, también resultó herida en el ataque, indicó el primer ministro interino, Claude Joseph, en un comunicado. No se conoció de inmediato en qué condición se encontraba ella.
“Un grupo de individuos no identificados, algunos de los cuales hablaban español, atacaron la residencia del presidente de la república y por ende hirieron de muerte al jefe de Estado”, dijo el primer ministro pero había poca información sólida sobre quién pudo haber llevado a cabo el asesinato.