Quizás te guste leer: Cómo mantener tu cabello saludable si usas frecuentemente la plancha
El calor de la plancha para el cabello puede ser tu mejor aliado para lograr un peinado perfecto, pero también un enemigo silencioso que daña la fibra capilar. Si eres de las que no puede vivir sin ella, es fundamental que tomes medidas para proteger tu melena. El uso constante sin el cuidado adecuado puede provocar puntas abiertas, sequedad y la pérdida de brillo.
La clave está en la preparación. Antes de encender la plancha, aplica un protector térmico. Este producto crea una barrera que minimiza el daño, distribuyendo el calor de manera uniforme y evitando que se quemen las cutículas del cabello. Busca uno que contenga ingredientes como siliconas, queratina o aceites naturales.


Otro aspecto vital es la temperatura. No todas las melenas necesitan el mismo calor. Si tienes el cabello fino o dañado, lo ideal es usar una temperatura baja, entre 120°C y 150°C. Para cabellos normales, puedes subir hasta los 180°C, y si tu cabello es grueso o rizado, puedes llegar a los 200°C. Evita la temperatura máxima siempre que puedas, ya que el calor extremo es el principal causante de daños a largo plazo.
Además, no pases la plancha más de una o dos veces por la misma sección. Un movimiento rápido y fluido es suficiente para alisar. También es importante que el cabello esté completamente seco antes de plancharlo. Pasar la plancha sobre el cabello húmedo lo cuece literalmente, causando un daño irreversible.
Para finalizar, no olvides hidratar tu cabello semanalmente con una mascarilla nutritiva. Esto ayudará a reponer la humedad perdida y a mantenerlo suave y brillante.