Nuestras manos son una carta de presentación y unas uñas cuidadas pueden hacer una gran diferencia en cómo nos sentimos. Pero, ¿sabías que la salud de tus uñas no depende solo de la manicura que te hagas? La clave está en los hábitos diarios. El primer paso es la hidratación. Así como nuestra piel, las uñas necesitan humedad para no volverse frágiles y quebradizas. Usar cremas de manos con aceites naturales como el de almendras o coco no solo suaviza la piel, sino que también nutre la cutícula, que es la barrera protectora de la uña.

Otro aspecto fundamental es la alimentación. Una dieta balanceada rica en vitaminas como la biotina (presente en huevos y aguacates), zinc (en carnes magras y legumbres) y hierro (en espinacas y lentejas) fortalecerá tus uñas desde adentro. Evita usar tus uñas como herramientas; abrir latas o raspar etiquetas puede debilitarlas y provocar roturas.
Cuando te hagas la manicura en casa, asegúrate de utilizar herramientas limpias y desinfectadas. Lima tus uñas siempre en una misma dirección para evitar que se deshojen. Y si te gusta usar esmaltes, es importante que no olvides aplicar una base protectora antes del color y un top coat para sellar. ¡Y lo más importante! Deja que tus uñas respiren de vez en cuando, dándoles un descanso del esmalte para que se recuperen. Con estos sencillos cambios, tus uñas no solo se verán hermosas, sino que estarán realmente sanas.