Cada 28 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, una fecha dedicada a concienciar sobre esta grave inflamación del hígado que puede derivar en daños hepáticos severos y cáncer. Desde su establecimiento en 2008, esta fecha busca arrojar luz sobre una enfermedad que afecta a millones de personas a nivel global.
Para el año 2025, el lema central es “Hepatitis: conozcámosla para combatirla”. Esta iniciativa subraya la importancia de derribar las barreras que impiden un diagnóstico y tratamiento oportunos, como el estigma social. A pesar de que las hepatitis B y C son prevenibles y tratables, y la hepatitis C incluso curable, un número significativo de casos permanecen sin ser detectados, causando un daño silencioso en el organismo.
La campaña de este año hace un llamado urgente a la integración de los servicios de hepatitis en los sistemas de salud de todo el mundo. El objetivo es claro: erradicar esta amenaza de salud pública antes del año 2030. La magnitud del desafío es considerable, como lo demuestran las siguientes cifras:
- Se estima que 325 millones de personas en el mundo padecen hepatitis víricas B y C.
- Solo en el año 2017, 2,850,000 personas contrajeron la infección.
- Cerca del 80% de las personas afectadas por hepatitis carecen de acceso a servicios de prevención, pruebas diagnósticas y tratamiento.
Esfuerzos en Guatemala contra la hepatitis
En Guatemala, diversas instituciones y organizaciones trabajan incansablemente para prevenir, diagnosticar y tratar la hepatitis. El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), a través de su Programa Nacional de Inmunizaciones, incluye la vacunación contra la hepatitis B en el esquema de vacunación para recién nacidos, y también contempla la vacunación contra la hepatitis A. Esta acción es crucial para prevenir la transmisión de estas enfermedades.
El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) también juega un rol fundamental, proporcionando servicios de vacunación y desarrollando guías de práctica clínica para el manejo de la hepatitis, como la Guía de Práctica Clínica Basada en Evidencia (GPC-BE) No. 95 para la “Infección por Virus de Hepatitis C”. Los hospitales nacionales, como el Hospital Roosevelt, han sido pioneros en ofrecer terapias curativas para la hepatitis C, brindando acceso gratuito a tratamientos que transforman la vida de los pacientes. La Unidad de Atención Integral del VIH e Infecciones Crónicas “Dr. Carlos Rodolfo Mejía Villatoro” del Hospital Roosevelt, por ejemplo, da seguimiento a pacientes con esta condición.