Muchas mujeres crecieron con la idea de que hablar de dinero es de mal gusto o que no es un tema del que deban preocuparse. Sin embargo, tener una relación saludable con nuestras finanzas es un pilar fundamental para nuestra independencia y empoderamiento.

Sanar nuestra relación con el dinero no se trata de tener una fortuna, sino de entenderlo, respetarlo y aprender a manejarlo de manera inteligente. La primera lección es romper con el tabú. Habla de dinero sin miedo, con amigas, familiares o una mentora. Comparte tus metas y tus miedos financieros. La segunda es la educación. No necesitas ser una experta, pero sí entender conceptos básicos como el ahorro, la inversión, la deuda y el presupuesto. Hay muchos recursos en línea, talleres y libros escritos por mujeres y para mujeres que simplifican estos temas.

Un paso práctico es crear un presupuesto mensual. Anota todos tus ingresos y tus gastos. Ver en qué se va tu dinero te dará una imagen clara y te ayudará a identificar áreas en las que puedes ahorrar. Otro punto clave es el ahorro. No importa si es una cantidad pequeña, lo importante es crear el hábito. Un fondo de emergencia es vital para enfrentar imprevistos sin endeudarte. Piensa en él como un paracaídas financiero que te dará tranquilidad. Finalmente, sé consciente de tus hábitos de gasto. Pregúntate antes de comprar algo: ¿lo necesito o lo quiero? ¿Me da alegría a largo plazo? Sanar tu relación con el dinero es un viaje. Habrá días en que te sientas abrumada, pero cada pequeño paso te acerca más a tu libertad y a la tranquilidad de saber que tienes el control de tu futuro financiero.