La compañía espacial Blue Origin, fundada por Jeff Bezos, ha marcado un día histórico para la industria al completar con éxito una doble hazaña. El cohete New Glenn fue lanzado desde Cabo Cañaveral, Florida, llevando consigo la misión ESCAPADE (Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers) de la NASA, cuyo objetivo es estudiar la historia climática y la atmósfera de Marte.
El logro técnico más destacado de la jornada fue la recuperación controlada del propulsor principal del cohete. Pocos minutos después del despegue, la primera etapa del New Glenn logró posarse de manera precisa sobre la plataforma flotante “Jacklyn”, en el Océano Atlántico. Esta maniobra de reutilización, que busca reducir significativamente los costos de los lanzamientos, era un hito que hasta ahora solo había conseguido su principal competidor, SpaceX, con sus cohetes de clase orbital.
Este éxito posiciona a Blue Origin como un actor clave y plenamente competitivo en el sector de la exploración espacial privada, intensificando la rivalidad con la empresa de Elon Musk. La misión ESCAPADE, compuesta por dos sondas gemelas (Azul y Oro), se dirige ahora hacia una órbita segura para, eventualmente, partir rumbo a Marte. Se prevé que las sondas lleguen a la órbita del planeta rojo en el año 2027.
El propio Elon Musk felicitó públicamente a Blue Origin por el logro, destacando la dificultad de recuperar un cohete orbital. La proeza no solo es un avance tecnológico para la empresa de Bezos, sino que también abre un nuevo panorama en la carrera espacial global, ofreciendo alternativas maduras y competentes para futuras misiones interplanetarias y de exploración lunar.
